Ricardo Galí juró el cargo de director insular el pasado 1 de agosto. | ARCHIVO

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El protocolo de acoso laboral del Consell no es de aplicación a los consellers y sus cargos de confianza, como directores insulares, pese a lo cual el Servicio de Seguridad y Salud Laboral de la institución elaboró un informe sobre la denuncia planteada por Ricardo Galí y una técnica de prevención de riesgos laborales se reunió con el ya ex alto cargo de Vox. Ese encuentro se produjo antes de que Galí presentara su escrito ante la Conselleria de Servicios Generales exponiendo que sufría presión psicológica por parte de su consellera, Maite de Medrano.

En el informe se especifica que al Servicio «no le consta» que los consellers sean trabajadores del Consell, por lo que «no se puede actuar sobre ellos ni sería aplicable el protocolo», que fue negociado por los sindicatos con la empresa –en este caso la Corporación insular–, para resolver casos de mobbing entre los empleados, personal laboral y funcionarios.

De todos modos, y a petición del director insular, «se intenta valorar si es un posible caso de acoso», señala el documento, aunque la valoración quedó inconclusa, ya que «nos falta información por la parte denunciante para poder valorar», sobre todo en lo relacionado con que Ricardo Galí tenía prohibidas realizar sus funciones. «También sería necesario hablar con la otra parte», afirma la técnica, así como «ver cómo justifica el denunciante las afirmaciones para llegar a una conclusión».

Tras la petición formulada por el director insular, se analizaron las cuestiones que planteaba de modo individual: sobre la imposibilidad de reunirse con De Medrano de forma fluida, el informe señala que «la necesidad de reunirse es un criterio personal del conseller o consellera»; en cuanto a la prohibición de realizar funciones, se considera que solo se han dado dos hechos puntuales, la reunión frustrada con el Ibavi y el acto en el Llatzeret al que su consellera le impidió asistir, y que sería necesario aportar más episodios; por último, la petición de un reporte diario del trabajo realizado no se considera «un hecho fuera de lo normal en la institución». Por todo ello, el informe concluye que «no se puede afirmar si realmente se produjo un caso de acoso».

El apunte

Un reglamento de 2016 negociado para evitar el ‘mobbing’ entre los trabajadores

El protocolo de acoso laboral del Consell acordado en marzo de 2016 tiene como objetivo mejorar la situación de los trabajadores, que estos sepan que, si creen sufrir acoso laboral, existen unas pautas para afrontar estos casos y que se guarda total confidencialidad. Incluso prevé que el Servicio de Seguridad y Salud Laboral pueda solicitar la intervención de un psicólogo durante las entrevistas que realiza el equipo de valoración.

Pero se trata de un reglamento negociado y acordado por los sindicatos para los funcionarios y el personal laboral de la Corporación insular, no sería aplicable a los cargos de designación política, explican representantes sindicales en la institución. Consellers y directores insulares así como cualquier otro cargo de confianza tienen un estatus distinto y su estabilidad laboral no es absoluta, sino precisamente viene determinada por la confianza por la que obtuvo el puesto.