¿Qué busca el título del libro?
—Al publicar un libro, una de las cosas que lleva más trabajo es acertar con el título, para resumirlo y que sea punto de atracción. «La memoria que incomoda» dice que quiere servir de contrapeso a la política políticamente correcta, donde cualquier disidencia o discrepancia sobre la historia oficializada por este Gobierno y el anterior, con la Ley de Memoria Histórica que no se puede rebatir, hace que seas tachado de retrógrado o de tener falta de criterio, a la hora de definir que la historia es algo que corresponde a los historiadores, y la memoria corresponde a las personas.
Apela, así, al espíritu del 78.
—Indiscutiblemente, intento dar a entender que, desde la muerte del dictador, hubo un pacto entre las teóricas dos Españas, para encarar el futuro sin mirar atrás. No quiere decir que haya que olvidar, pero se había superado. El abrazo que supuso la Transición, se rompió con Zapatero y con Pedro Sánchez se ha institucionalizado con una ley que penaliza a los discrepantes.
¿La Ley de Memoria Histórica ha roto esa paz social?
—No es que crea que se haya roto, a las pruebas me remito. Dos personas tan opuestas como Manuel Fraga y Santiago Carrillo, no solo fueron capaces de transitar de una forma modélica, además fue Fraga quien presentó a Carrillo en el Club Siglo XXI [en 1977]. Hoy es impensable que Sánchez presente a Feijóo, o viceversa. Esa concordia, ese espíritu del 78, debe recuperarse, no porque yo lo crea, sino porque mucha gente, históricos como Felipe González o Alfonso Guerra, están advirtiendo de que eso puede llevarnos a otro enfrentamiento, no bélico, pero sí de consecuencias imprevisibles.
¿Ve necesaria la Ley de Memoria Histórica?
—No hace ninguna falta. La historia es la que es y los hechos son los que son, y los hechos luctuosos, al igual que las grandes hazañas de nuestra historia, son pasado. Cuando quieres amputar esta historia y hacer categoría de víctima, estás haciendo antihistoria, porque niegas hechos reales. No se puede presentar la Segunda República como la primera experiencia democrática, idílica, que reconocía derechos, porque es totalmente falso. Y no lo digo yo. Basta ir a las actas, a las hemerotecas y a la propia Constitución de 1931 para verlo. Por eso, en el momento en que se hace una ley de carácter estríctamente político y se quiere utilizar como arma política para deslegitimar a más de la mitad de los españoles, es una ley perversa.
¿Y la ley de fosas?
—Siempre la he defendido, todo el mundo tiene derecho a conocer la realidad de sus ancestros, a localizar a sus muertos y a darles sepultura digna, sea de un lado, o de otro. Igual como todos tienen derecho a recordar los hechos tal como sucedieron. Eso es lo que reivindico. Hay un libro que debería ser de obligada lectura y, supongo que nadie dudará de esta diputada de la Segunda República, Clara Campoamor. En «La revolución española vista por una republicana» denuncia, precisamente, la deriva de la Segunda República, y eso no figura en la Memoria Histórica.
Hay quien cree que se aleja de la moderación que siempre le ha caracterizado.
—Siempre he pensado que a las personas hay que juzgarlas por lo que han hecho y hacen, no por lo que dicen que harán. Mantengo una trayectoria, con una coherencia, unos principios y valores en los que sigo creyendo. Mi pensamiento ha evolucionado a medida que he cumplido años, con experiencia, conocimientos y estudio. Todo lo que digo viene provocado por la deriva de otras formaciones políticas y no aceptaré que, en función de mi pensamiento, se me califique de otro modo cuando antes era moderado y dialogante. Por eso, no puedo estar más que agradecido, cuando he pedido opinión a alguna persona de otra formación política o, este mismo verano, cuando a Ramón Orfila me presentó en la conferencia sobre los 40 años de autonomía. Este respeto y esta aceptación del diferente nos enriquece. De los que piensan igual que yo y corroboran lo que digo, estoy contento; pero si realmente quiero aprender y evolucionar, me tengo que juntar, hablar, discutir, dialogar con aquel que piensa distinto, porque siempre podré aprender algo y podré razonar más y con más fundamento.
12 comentarios
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Tengo edad suficiente para haber vivido el franquismo, la transición, y la actualidad; y puedo atestiguar que la transición dio paso a una euforia de concordia que se ha perdido (y las nuevas generaciones desconocen). La falta de memoria es tan alarmante que nadie menciona los 10 años de gobiernos socialistas de Felipe González que en sus inicios fueron parte de la historia de la transición; y de alguna manera la completaron. ¿Es que los “izquierdosos” de ahora abjuran hasta del PSOE de entonces y lo meten en el mismo saco de todo lo que ellos consideran “huele a fascismo”? Si los socialistas de entonces no vieron ningún atisbo de fascismo en la transición -habiendo vivido la experiencia traumática de un intento de golpe de estado-, debe de ser porque (con todos sus defectos) la transición no fue en absoluto como muchos de sus detractores actuales imaginan (porque probablemente no la vivieron).
O sea, retrocedamos en el tiempo, el mundo no ha cambiado nada ... Sr. Huguet, precisament perquè l'anomenada "Transición" (en realitat, "todo atado y bien atado") i la tant sovint esmentada Constitución només la van votar el 15% de la població espanyola actual, només per això no es pot tornar enrere si no fer un garn pas endavant ! Estem a 2023, prop de 2024 !
Sempre em sorprèn la gent que et vol convèncer què lo que veus és blau i no verd, quan veus perfectament que és verd. La memòria no pot ser selectiva. I els fets són els fets. No vàrem tenir un règim autoritari. Vàrem tenir una dictadura feixista que va acabar, amb una transició feta a mida d’un Rei Italià, criat a Portugal, i posat a dit pel dictador. La transició és un canvi d’una forma vella a una de nova. És a dir, de la dictadura feixista a una monarquia parlamentaria. Aquest canvi, no el van fer els partits polítics. El van fer els responsables governamentals del final de la dictadura. El president, n’Adolfo Suárez, i el Borbó. Per tant, no hi ha res de democràtic a la transició. La democràcia va ser lo que va venir després. I amb la democràcia, van venir els partits polítics, i amb ells, la constitució. Ara bé, m’agradaria recordar-li a Joan Huguet, que en aquell temps el PP es deia Alianza Popular, i va ser fundada per ex-ministres franquistes. I que acabaven els mítings cantant Cara al Sol amb el braç en alt. També recordar-li que només la meitat dels diputats del seu partit va votar a favor de la Constitució, la resta va votar en contra, o es va abstenir (i ara es fan dir “Partit Constitucionalista”). I que també varen votar en contra de la Llei d’Amnistia que ara tant alaven ara per “reconciliadora”. Així que de lliçons poques, senyor Huguet!!
ViriatoEn países tan civilizados como Alemania, un comentario como el tuyo glorificando a un fascista y a su dictadura esta penado por ley, y tú estarías en la cárcel por hacerlo. Por supuesto tú no has vivido la represión franquista, y quienes te la han contado, te la han contado “un poquito” tergiversada.
Joan LlufriuLas cosas, siempre y en cualquier momento de la historia hay que trabajar por mejorarlas. Dicho esto, unos apuntes para situaros : la actual Constitución, fue fruto de muchos años de esfuerzo y lucha de los partidos de izquierda como, el PCE, PSOE, PT, y los sindicatos de CC.OO, UGT, USO, CSUT... y un largo etc de partidos de izquierda minoritarios y nacionalistas. Todas esas personas, votaron de forma muy consiente y sin ningún miedo la única Constitución que ha votado el pueblo en toda la historia de España, que además de integrarnos plenamente en Europa nos ha dado el periodo mas largo de convivencia en paz. La mayor parte de las críticas que desde hace unos años se vienen haciendo a los resultados de la transición, vienen del ambito nacionalista, ( como manu menorca) o ( radicales trasnochados como Manzano). Pero de todas maneras, ya que habláis de valentía para hacer cambios, en vez de intentar hacerlos por la puerta de atrás, iniciar el camino de un proceso constituyente, proponer los cambios y votamos.
Vaya notas, en alemania solo esta prohibido las ideologias nocivas para el ser humano, el nazismo, y si pedro sanchez te parece un comunista, madre mia
Por si algunos indocumentados (que los hay a paletadas) no lo saben, la llamada Transición, consistió básicamente en que la derecha franquista que desde 1939 ostentaba TODO el poder en aquella España de mediados de los 70 del pasado siglo, se hizo VOLUNTARIAMENTE el harakiri político, entregando todo ese poder omnímodo y absoluto a unos partidos políticos (entre ellos los separatistas, los comunistas y los socialistas) que sin más, lo recibieron felices y contentos y sin derramar una gota de sudor y mucho menos de sangre. A partir de ahí, ya conocemos los resultados de todo aquello: la confección de una nueva Constitución a medida de los partidos nacionalistas y a medida y gusto del partido socialista y comunista, con Felipe González y Santiago Carrillo al frente, con la consiguiente creación de 17 autonomías o taifas regionales, el peor disparate que se podía cometer con una nación antes unida por unos valores e ideales comunes. Y de ahí, la destrucción del concepto de nación española unida; una sociedad dividida y enfrentada por razón de unas lenguas autóctonas minoritarias y la España actual desportillada y camino del abismo nuevamente de manos del Frente Popular, formado como en 1936 por socialistas, comunistas y separatistas. Único caso en Europa donde gobierna un partido comunista, que por cierto está prohibido en lugares tan avanzados y democráticos como por ejemplo Alemania.
... el abrazo del oso?... pues si decimos "quita, quita, que corra el aire, que me asfixias"... pues hay que respetarlo... además, es falso que revisar la transición y reabrir cunetas sea volver a enfrentar a los españoles, eso sólo está en la imaginación de los que quisieron echar tierra por encima para bien tapar la posguerra y olvidar, al estilo MRajoy, dejar pudrir los cabos sueltos, a ver si así... pues no, mirar hacia adelante, por supuesto,. pero girar la cabeza para no olvidar, pues también, hay que saber de dónde venimos y lo que pasó... eso no es dividir de nuevo, es tomar conciencia... creo sinceramente que los alarmistas lo son porque tienen mala conciencia y temen que vuelvan sus fantasmas, porque si algo se tuerce hay más probabilidades de que sea por parte de la ultraderecha verde marciano, que de una izquierda que está a otras cosas, como mejorar la calidad de vida de la sociedad...
El articulo en conjunto es una absoluta falta de respeto, con las afirmaciones que en el se realizan. En la transicion, el papel de la mujer seguia estando a años luz de la igualdad; Entonces deberian las patidarias de la igualdad dejar de luchar por sus derechos, ya que gracias al fin de la dictadura pudieron volver a votar, tener una cuenta en el banco o divorciarse? Cuando los argumentos rozan lo absurdo, dejarnos llevar por la pasion y la añoranza de un estado post-fascista solo deja en evidencia lo que en realidad somos. Sobran los calificativos
Seguim poca diferència de s'epoca dictatorial es pobre segueix pobre i es ric sa fet més ric Vergonyós