Imagen de la torre de control del Aeropuerto de Menorca. | Josep Bagur Gomila

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El conseller balear de Movilidad, Josep Marí, ha defendido este martes en el Parlament la gestión que lleva a cabo AENA en el Aeropuerto de Menorca para implantar una de las primeras torres de control virtuales de España. Una semana después de que el pleno del Consell reclamara por unanimidad la paralización de este proceso y la construcción urgente de una nueva torre de control física, el Ejecutivo autonómico ha lanzado un mensaje totalmente opuesto.

En respuesta a la diputada popular Salomé Cabrera, el conseller Josep Marí (PSIB) ha pedido «no asustar a la gente» con la fiabilidad de la actual torre de control, que es la más vieja de España, y tampoco «demonizar» el avance tecnológico que supone la nueva instalación virtual. Así, niega que la torre vaya a acabar su vida útil en 2024 y sostiene que se podrá seguir usando con un correcto mantenimiento.

Marí ha recordado que el Govern no tiene competencias en la gestión aeroportuaria, pero sigue de cerca el proceso abierto en Menorca con la torre de control remoto. Ha defendido, no obstante, que el proceso se lleva a cabo con «las máximas garantías» y bajo la supervisión de la Agencia Estatatal de Seguridad Aérea, que tendrá la última palabra para su puesta en marcha.

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También ha dado por «absolutamente garantizada la estabilidad laboral de la plantilla de controladores, a pesar de el 70 por ciento haya pedido su traslado a otros aeropuertos este año.

«Lamentable y frívolo» para el PP

Salomé Cabrera ha tildado de «lamentables y frívolas» las declaraciones del conseller y le ha instado a rectificar: «Defienda por una vez los intereses de los menorquines», ha dicho. La diputada del Grupo Popular se ha hecho eco de los problemas técnicos que han denunciado los controladores aéreos que siguen el día a día de la implantación de la torre de control virtual, que acumula importantes retrasos para su puesta en marcha.

Para Cabrera, el de Menorca no es un aeropuerto idóneo para este tipo de pruebas piloto, porque un fallo en época estival podría provocar un colapso del tráfico aéreo sin que existan otras alternativas para desplazarse a la Isla.