Las elecciones de mayo consolidarán la renovación del poder local con el relevo de, como mínimo, tres alcaldías. Francesc Ametller, en Es Mercadal; Joana Gomila, en Ciutadella; y Joana Febrer, en Ferreries, han decidido colgar la vara de alcalde tras una trayectoria de 13, ocho, y cuatro años respectivamente y la sensación del deber cumplido entre sus vecinos.
El primero es el más veterano entre los munícipes menorquines y se ignora todavía si continuará en la política a través de otra institución o responsabilidad. Gomila, que se lleva consigo el mérito de haber sido la primera en dar una victoria al PSM y haberla revalidado en cuarenta años de historia política de este partido, cambia el sillón de la Alcaldía para luchar por un escaño en el Parlament. Febrer, por su parte, que logró prolongar la hegemonía de la Entesa, entiende que cuatro años con la máxima responsabilidad, varios más como concejala y una edad que reclama descanso son suficientes.
Es probable que alguno de los cinco restantes también deje el poder, pero en este caso será por voluntad de los electores, ya que todos ellos optan a la releeción. Todos tienen en común la breve trayectoria en el cargo, los cinco alcaldes o alcaldesas acumulan solo un mandato en el cargo y representan la renovación del poder municipal que arrancó en las elecciones del 19. Desde el punto de vista de la ciencia política se considera que la consolidación del poder durante dos mandatos, es decir, dos victorias electorales marcan un ciclo.
A cubrir al menos ese periodo aspiran Héctor Pons en Maó, Joana Escandell en Es Castell, Carol Marquès en Sant Lluís, José Luis Benejam en Alaior y Antonia Camps en Es Migjorn. Como si la geografía tuviera influencia, son los muncipios del sur y este insular.
De los cinco, tres son cargos socialistas y solo el de Maó está confirmado que repetirá como cabeza de cartel. El PSOE solo ha culminado el proceso en los municipios de más de 20.000 habitantes, lo que supone que Escandell y Marquès han de ser ratificadas todavía por las respectivas asambleas de sus municipios. Ambas tienen en común haber formado parte de anteriores corporaciones y cuentan, por tanto, con más experiencia.
Bipartidismo
Las elecciones de mayo servirán también para calibrar el equilibrio entre las dos fuerzas hegemónicas de la política tras la irrupción de las agrupaciones de electores surgidas del impulso de Podemos ocho años atrás. Estas lograron las alcaldías en Maó y Sant Lluís y luego han continuado en el gobierno local.
Sin embargo, PSOE y PP son los que se reparten seis de las ocho alcadías, cuatro y dos respectivamente. El PSM, que ha resistido la absorcion de sus siglas por Més per Menorca, se ha hecho fuerte en Ciutadella y en Ferreries se ha consolidado la Entesa, una agrupación de electores de largo arraigo y tradición.
Salvo estas dos excepciones, el bipartidismo vuelve a dominar la política municipal. Son también PP y PSOE las dos únicas fuerzas que presentarán candidatura en todas las circunscripcio nes, después de que la marca socialista hubiera desaparecido en Alaior en las dos últimas convocatorias.
Además de lograr el gobierno o no en las respectivas circunscripciones, en mayo estará en disputa también la hegemonía política de la izquierda o la derecha.
El apunte
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2 comentarios
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¿En serio, electores de Menorca, que van ustedes a optar por más de lo mismo?. ¿Están satisfechos de como han manejado a los funcionarios, que a esos no hay quien les mueva?
Si Ametller entra en el Parlament, que se olviden: Mô, Ciutadella, Lô, Sant Lluis, Es Castell, Ferreries, Es Migjorn de ser Entidades importantes. Veáse qué ha hecho con Fornells Ametller: se lo come y revierte todo en Es Mercadal.