Pasajeros en la estación de Son Blanc, durante las pasadas fiestas

TW
23

Ni la declaración de una Obligación de Servicio Público (OSP) en la ruta entre los puertos de Alcúdia y Ciutadella, ni la limitación de trayectos durante las fiestas de Sant Joan, ambas cuestiones planteadas por Més per Menorca, obtuvieron ayer una respuesta entusiasta en el pleno del Parlament balear. Más bien lo contrario. Cuestiones de forma y fondo plantearon partidos como PSOE, PP, Vox o Unidas Podemos para mostrarse reacios. Así, la Cámara rechazó las restricciones puntuales de conectividad durante los días grandes de Ciutadella con nueve votos a favor (Més, PI y Ciudadanos) y 42 en contra. La petición de una OSP que fije frecuencias óptimas y precio máximo se aprobó de forma holgada, aunque algo descafeinada con la incorporación de enmiendas del PSOE. Se emitirá, «si procede», una    propuesta de OSP antes del 1 de junio de 2022 sujeta a una definición previa de las condiciones mínimas que se deben cumplir en la ruta. La referencia al precio máximo de 40 euros desapareció del texto. El PP se abstuvo.

El diputado Josep Castells defendió que la legislación actual indica que se deben establecer las condiciones mínimas del servicio y otorga instrumentos para hacer que se cumplan, como las OSP o las obligaciones singulares. En el caso de la conexión Alcúdia-Ciutadella, Castell argumentó que es necesario regular «una ruta fundamental para Menorca» y que presenta disfunciones en cuanto a los horarios, «ahora no se puede ir y volver el mismo día, no están pensados para los residentes», y los precios, porque «con el descuento de residente hay una especulación exagerada». Castells reclamó que esto se tiene que solucionar estableciendo horarios mínimos y precios máximos. En cuanto a Sant Joan, el diputado de Més expuso que la falta de regulación de la ruta provoca «un problema de orden público porque en un espacio limitado pone una cantidad de visitantes que el destino no puede absorber».

En el caso de la OSP, el principal argumento en contra fue la dificultad para justificarla al no haber una insuficiencia manifiesta del servicio que presta el mercado libre en estos momentos. El socialista Damià Borràs expuso que una OSP «no es discrecional», y planteó la incongruencia de reclamar más frecuencias en una época del año y restringirlas en otra. Sobre la limitación en las fiestas de Sant Joan, recordó que no se puede discriminar entre visitantes y residentes, ya que Més planteaba en su proposición no de ley «un tope de llegadas de pasajeros no residentes». Enmendó sin suerte.

Por el PP, Salomé Cabrera apeló más al fondo en el tema Sant Joan, «no estamos de acuerdo con planteamientos intervencionistas», más aún cuando se trata de unos días en que se genera en la Isla una gran actividad económica. Apuntó el origen del problema de la fiestas a la gestión de carácter más local. Cabrera rebatió la necesidad de la OSPporque la ruta «está cubierta por el libre mercado».

Desde Unidas Podemos, Pablo Jiménez consideró que las limitaciones a las navieras «no es la manera adecuada de trabajar» el tema de Sant Joan y apostó por establecer medidas generales contra la masificación estival. Jesús Méndez, de Ciudadanos, apuntó a la dificultad de implantación de tales medidas de intervención. Jorge Campos, de Vox, se opuso de forma severa, «lo de Sant Joan es una cuestión de orden público, la solución no es que haya menos barcos». El Pi fue el grupo más receptivo.