Los esfuerzos por incrementar en la Isla la producción de energías renovables puede haber encontrado otro escollo. | Josep Bagur Gomila

TW
2

Un informe de la consultora especializada Rystad Energy advierte que el aumento de los costes en los materiales que se emplean en la construcción de parques de producción fotovoltaica tendrá efectos negativos en la implantación de este tipo de plantas. El documento establece que el 56 por ciento de los proyectos previstos para 2022 se tendrán que cancelar o aplazar por este motivo.

No solo el encarecimiento de los materiales influirá en el desarrollo de los proyectos, según Rystad. También existe un cuello de botella en la producción de elementos que no tendrá solución antes de doce meses, lo que podría conllevar una alteración de los calendarios previstos por los promotores.

Este informe plantea, pues, dudas sobre la posibilidad de que se puedan cumplir los plazos marcados para los doce proyectos de parques solares de la Isla que han obtenido ayudas por parte de las administraciones públicas. Tanto las subvenciones por parte del Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) del Govern balear como las subastas de renovables específicas para Balears especificaban en sus convocatorias que la fecha límite para que se concluyan los trabajos de construcción de los parques solares es el 31 de diciembre de 2022, dentro de catorce meses. Existe la posibilidad de solicitar prórrogas, pero también el riesgo de perder los avales y la ayuda en cuestión.

Solo las ayudas concedidas por el IDAE a seis proyectos de parque solares de Menorca superan los cuatro millones de euros, a los que hay que sumar el dinero que llegará como consecuencias de las dos primeras subastas de energías renovables específicas para Balears, de la que se podrán beneficiar doce empresas promotoras con iniciativas en la Isla y cuyo importe total asciende a doce millones de euros.

A la expectativa

De momento, en el caso de Menorca no hay constancia efectiva de que alguno de los proyectos que se están tramitando, nuevos o ampliaciones, haya alterado sus planes por la coyuntura actual en los suministros de materiales, aseguran fuentes de la administración pública.

Es más, profesionales que están trabajando en este ámbito consultados al respecto explican que de momento no es una cuestión que les esté generando una mayor preocupación, puesto que este contexto inflacionario hace que el precio de la electricidad también esté aumentando mucho, lo que conlleva unos periodos de amortización de estas instalaciones más cortos para los inversores. Ahora mismo, las instalaciones en el sector industrial compensan el capital dedicado en menos de cuatro años con las subvenciones, y por tanto lo hacen técnicamente un sector más rentable incluso que los parques solares. «A nivel de rentabilidad, no vemos pegas», comentan. Explican que la dependencia energética de los combustibles fósiles, con lo que conlleva, y los efectos climáticos son mucho más severos que los vaivenes en el mercado de materiales, algo de lo que son conscientes las administraciones en Europa. Apuntan, incluso, a que esta situación podría llegar a conllevar una criba y que desistan los proyectos con una orientación especulativa.

Los analistas de Rystad, no obstante, son claros al afirmar que la situación actual, con materiales que llegan tarde y a mayor precio, pondrá a los inversores en la tesitura de tener que decidir si reducen sus márgenes cuando no haya opción de incrementar el precio de venta o retrasan la ejecución de los proyectos.Eso sí, el informe indica que a largo plazo la energía solar se convertirá en la principal fuerza inversora de la descarbonización.