Los más pequeños vuelven al colegio esta semana | Gemma Andreu

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El inminente inicio del curso escolar, es decir, el regreso de los 14.000 alumnos menorquines a las escoletes, colegios e institutos de la Isla no tiene por qué elevar el peligro de un nuevo brote de contagios que, en ese caso, correspondería a la sexta ola desde el inicio de la pandemia.

Es la opinión en la que coinciden los dos expertos, Maties Torrent e Ildefonso Hernández, epidemiólogo del Área de Salud de Menorca, y ex director general de Salud Pública, respectivamente, ante la vuelta a las aulas este viernes de forma escalonada, siguiendo el mismo protocolo que imperó el año pasado.

En el éxito en la aplicación de las normas sanitarias en los accesos y dentro de los centros educativos, y sobre todo en el avance en la vacunación para el grupo de edad comprendido entre los 12 y los 16 años, descansa el positivismo moderado de ambos especialistas. Se mantendrán los grupos burbuja, las entradas y salidas escalonadas y el uso de la mascarilla, aunque los padres ya podrán acompañar a sus hijos al interior de los centros. Además, la distancia de seguridad se relaja, salvo cuando acudan personas ajenas al grupo, que deberán mantener los 1,5 metros. Estas medidas permitieron que el curso pasado apenas se registraran contagios dentro de los centros educativos.

«Las cosas se hicieron y la experiencia sirve para que este inicio del curso no represente problemas especialmente graves», indica Maties Torrent. A ello contribuye la vacunación del grupo de alumnos de 12 a 16 años que tiene al 57'6 % con la pauta completa y el 67,3 % con la primera dosis.

Ese mismo avance en las inoculaciones a los jóvenes y adolescentes ha sido la causa de que la masificación del mes de agosto con continuas aglomeraciones en las zonas de ocio, incluyendo la mayor flexibilidad de las restricciones, no haya disparado de nuevo el número de contagios como sucediera en julio, observan ambos especialistas.

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«De todas formas la buena situación actual y esta previsión no debe crear una falsa seguridad para hacer lo que queramos», añade Torrent quien aboga por la cautela y el cumplimiento de normas y protocolos. «Si además aumentamos el porcentaje de vacunados no tiene por qué haber muchos contratiempos».

El epidemiólogo insiste en que, a nivel general, «hasta que no estemos al 90 por ciento de vacunación no tendremos la tranquilidad que precisamos». Por eso lamenta que todavía aparezcan voces contrarias a la vacunación «cuando no hay ningún argumento científico que les avale, la única solución a nuestro alcance es que se vacunen todos», reitera.

Ildefonso Hernández, por su parte, no ve un riesgo latente en el retorno a las aulas. «Y si sucediera un rebrote no sería con tanta repercusión como el que ha tenido la quinta ola porque la gente está vacunada en porcentajes elevados». Dependerá, opina el catedrático de Salud Pública, del grado de cumplimiento de las normas en la vuelta de la gente a las escuelas y al trabajo, «porque parece que el teletrabajo está dando paso a la presencia física en los centros laborales».

Hernández se muestra más sensible hacia el grupo de los más pequeños, «todos los que tratan con ellos deben estar vacunados», y recuerda la necesidad de ventilar las aulas y usar las mascarillas. «Sabemos qué hacer para que no suceda, pues hagámoslo», razona.

Mayor preocupación le despierta el final del verano y la llegada del frío. «La gente ya piensa que no pasa nada, y no es así». Añade que «con el frío y el retorno a los espacios interiores con menos restricciones sí estaremos ante una situación más peligrosa que en los centros escolares». Si en agosto ha habido menos contagios «ha sido por el uso de exteriores y por la vacunación», recuerda.