La asociación de lavanderías de Menorca denuncia intrusismo

«El intrusismo va incrementándose, ya sea por parte de personas que ofrecen su servicio sin ninguna autorización, como por empresas que realizan estos trabajos con carácter complementario a su actividad principal, con instalaciones inadecuadas y sin ningún tipo de control por parte de la administración», ha señalado.

El presidente de la asociación dependiente de PIME ha admitido que han puesto esta problemática en conocimiento de las instituciones para que actúen.

Por otro lado, Marín ha lamentado el coste añadido que supone para las empresas del sector el cumplimiento de la normativa que exige la administración, como la presentación de una declaración anual de disolventes utilizados en la limpieza en seco relativa a emisiones a la atmosfera.

«Ello comporta un control exhaustivo de entrada y salida de productos y residuos, además de la contratación de una empresa externa para la recogida de los mismos.

También debemos cumplir trámites en control de residuos, calidad del aire, de la situación de los suelos y la depuración del agua. Algunas obligaciones requieren la contratación de un organismo de control autorizado, con el consiguiente coste», ha precisado.

Las lavanderías y tintorerías fueron declaradas esenciales durante el estado de alarma, aunque Marín ha asegurado que «las únicas que tenían trabajo eran las que prestaban sus servicios al sector sanitario».

«Los principales servicios derivan de la vida social, eventos y actos sociales, por lo que las restricciones han supuesto un grave perjuicio al sector, que ha visto reducida drásticamente su actividad. El parón de 2020 fue desastroso. Este año hemos recuperado, pero todavía estamos lejos de los niveles de 2019 u años anteriores», ha añadido.

Eduardo Marín fue nombrado presidente de la asociación en el año 1991, cuando ésta se constituyó.