Avanza el verano y el remanso de paz y tranquilidad, como característica intrínseca de la Isla, queda noche tras noche cuestionado. El cierre del ocio público a la una de la madrugada ha impulsado como nunca el ocio privado lo que supone un peligroso desafío a la covid-19 y un trabajo extra para la mayoría de las policías locales que se ven desbordadas por tantos requerimientos y no pueden llegar a todos. A su crónica falta de efectivos se suma la acumulación de servicios que se complican por la actitud de jóvenes y adultos participantes en estas celebraciones.
Botellones y, sobre todo, fiestas privadas, en algunos casos multitudinarias con más de cien personas, organizadas espontánea o premeditadamente en alojamientos turísticos de todo tipo, chalés, apartamentos, hortals o casas de campo, son una constante en aumento desde antes de Sant Joan.
La juventud se relaciona en locales y terrazas y se cita para continuar la diversión en propiedades privadas, en régimen de alquiler, en muchos casos sin licencia turística, media hora o una hora más tarde del cierre de los bares de copas en las principales zonas de ocio de la isla. Es la alternativa para burlar la normativa covid y a la Policía que vela por su cumplimiento.
Las concentraciones en domicilios particulares suponen una dificultad añadida a la labor policial. Huidas a la carrera de los asistentes cuando ven llegar a los agentes, y negativas a identificarse o envalentonamiento del grupo impidiéndo la entrada a los policías al tratarse de propiedades privadas son rutinas a las que se enfrentan a diario en su ejercicio profesional.
En Ciutadella la Policía Local está recibiendo una media de 54 requerimientos por jornada desde el 23 de julio hasta el pasado fin de semana. El 80 por ciento se producen en horario nocturno. Ni reforzando los turnos diarios con ocho agentes, que llegan a diez los fines de semana, pueden atender en un tiempo prudencial las demandas de los vecinos.
«Hacemos todo el esfuerzo que podemos pese a renunciar a los días libres», explica el subinspector Francesc Pallicer. Un 13,8 por ciento de los requerimientos no pueden ser atendidos de inmediato por solaparse con otros, y quedan pendientes de disponibilidad de agentes. A otros ni siquiera llegan.
«Ya no damos abasto normalmente, pues imagina ahora que tenemos entre siete y nueve llamadas diarias por fiestas cada noche», explica Francesc Pons, jefe de Alaior, con una disponibilidad de dos agentes por noche, como en Es Mercadal. En la madrugada del pasado sábado, por ejemplo, la policía de Alaior tuvo que acudir a una fiesta en una finca del Camí de Biniguarda, con más de cien personas, y el apoyo de otra pareja de la Guardia Civil.
En Sant Lluís, otro de los municipios más ‘calientes' por sus urbanizaciones en la costa y fincas del interior en alquiler, desde el 1 de julio la Policía Local acumula 56 denuncias por incumplimiento de la normativa covid, 32 de ellas en una misma fiesta numerosa en Torre de Baix, y otras nueve por ruidos.
15 comentarios
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Cómo no los va a desbordar, sí para todo el municipio de Mercadal en pleno agosto un viernes noche sólo hay dos patrullas de policía local, pobres lo q no se es como pueden!!! Hay más políticos q policias
¿Carentes de efectivos?
A ver juansinmiedo, las SANCIONES las pone el Ayuntamiento, repito, el Ayuntamiento o la Delegación de Gobierno, no la policía. La policía denuncia, informa, levanta actas, pero sancionar, SANCIONA la administración de turno. Ser antipoli vale, buscar siempre denigrar a la policía es tu problema, pero al menos culturizate un poco sobre tramitación administrativa.
Ho faguesin un grup de ciutadella que cobren 1000 euros pelats segur que lis fotrieu es sello ara ho fan 4 cayetans que es pares estan tapats i no los deis ni mu.. futeulis una bona pinya i que pagin i avam si nl tornen
Yo no estoy de acuerdo con los botellones, pero entiendo a los jovenes estan cansados de tanto tiempo de tomarnos por tonto con tanto covid,la gente ya se a desengañado y tenemos que hacernos a la idea que ésto estara con nosotros.
Totalmente de acuerdo. SANCION y punto. NO SE SANCIONA. Así están de envalentonados y molestando a todo el vecindario. MAS ENERGIA POLICIAL. Estamos criando energúmenos sin la más mínima educación. Esto pasará factura. Que nadie lo dude.
Los que viven del turismo son felices estos meses, parece que nadie se acuerda de la pandemia. Si els hi va tant bé els hi podeu llevar ses ajudes que no els hi fan cap falta i els hi donau a altres colectius que ja te dic jo que si que ho necessiten. Vergonyós.
El alquiler vacacional legal e ilegal es la fuente de todos los males.En los hoteles al menos se tiene a los turistas controlados que no vigilados en todo momento.El alquiler vacacional hará que muchos menorquines acabemos viviendo en la calle,Menorca está de moda y subirán los precios tanto que tendremos que juntarnos varias familias en un apartamento para poder pagar el alquiler...igual que hace el turismo nacional e italiano,pero sin armar juerga ni molestar a los vecinos. P.D. puede decirme alguien como puedo denunciar alquileres ilegales sin que se revele mi identidad??
Quina tranquilitat? Els foranis urbanites venen aquí a replicar el seu modus vivendi, no a adoptar el del lloc visitat. Allò del «poc a poc» és una caricatura que no sé qui se la pot creure encara. Si volguessin calma, no quedaria ningú al carrer a mitjanit. Cada any és més insuportable viure aquí en agost, i el pitjor és que els de fora encara s’hi senten bé amb aquest ambient que els hi resulta familiar. Veure el que passa cada dia a es Pla de Ciutadella fot oi. I encara hem de donar gràcies que a la 1:30 vengui la policia a desallotjar, perque si no estariem amb el botellón fins el matí. Quan no hi hagi l’excusa de la pandèmia, què passarà? No hi ha ordenances que prohibeixen el renou i el botellón des de fa anys? Per què aquesta zona és una excepció a tot? Per cert, darrerament es manifesten poc els del club «vivimos del turismo», serà que s’estan fent d’or aquestes setmanes, mentre socialitzen amb tots el malestar, els residus i la saturació dels recursos de l’illa.