El alcalde Héctor Pons curiosea en las estanterías de la cocina de la casa | Josep Bagur Gomila

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Las causas que pueden generar la necesidad sobrevenida de una vivienda son infinitas y los recursos para atender estas situaciones son limitados. Por este motivo, el Ayuntamiento de Maó ha acondicionado un inmueble de su titularidad, en la planta baja del Cós de Gràcia, como nueva casa de emergencia social.

Con este nuevo recurso, el Consistorio pasa a gestionar seis viviendas para situaciones de necesidad urgente de un techo. Cuatro pertenecen al Ibavi y están incluidas en un convenio entre ambas partes. Las otras dos son propiedad del Ayuntamiento, y se suman a la labor que realiza la Casa de Acogida cuando quien presenta la necesidad de resguardo es una persona, no una familia completa o un grupo de convivientes. Cada caso se analiza por Servicios Sociales.

La casa recién reformada ocupa 97 metros cuadrados y dispone de dos habitaciones, por lo que puede llegar a albergar a cuatro personas. Sus siguientes moradores entrarán en apenas unos días. Se trata de un espacio luminoso, con un amplio patio y para el cual se ha tenido que realizar una remodelación muy completa.

El concejal de Servicios Sociales, Enric Mas, comentó este martes que estas viviendas de emergencia social están pensadas para situaciones urgentes, estancias cortas y permanente rotación. Para demandas más estructurales cabe recurrir al Ibavi. Ahora mismo todas las viviendas municipales de emergencia están ocupadas. «Es algo habitual desde hace tiempo, y desde luego que la pandemia no ha ayudado a disminuir esta presión», explica Enric Mas.

Las emergencias pueden venir por siniestros como un incendio o un techo que se desploma, por desalojos vinculados a complicaciones económicas o, incluso, como pasó al inicio de la pandemia, por un aislamiento sanitario para una persona que llegó a la Isla sin tener residencia aquí, entre otros factores.