Argumentan que el hecho de que sus hijos dispongan de ordenadores en casa sin poder instalar controles parentales que consideran eficaces les genera un problema de convivencia, ya que ni pueden limitar horas ni vetar dominios. Además, dicen, los sistemas de ‘capado' del acceso a la red que se aplican en las aulas son bastante frágiles.
Estas familias lamentan que no se les dé soluciones, «no hacen nada, nos trasladan el problema a nosotros», y cuestionan tener que emplear unos ordenadores determinados para las clases. Aseguran que disponer de cámara y un acceso a internet tan abierto facilita que se produzcan actitudes poco recomendables y tensiones en casa.
Desde el centro explican que no es óptimo que cada uno use su ordenador particular o sus propias aplicaciones. De hecho, el Chromebook no permite algunas. Hacerlo podría impedir el buen desarrollo de las clases. Con una única consola el instituto gestiona todos los aparatos, para que no haya distorsiones y todos tengan el mismo libro. El instituto asegura que busca ya el modo de atender la demanda de estas familias con algún control parental compatible. En el centro se ‘capan' algunas palabras en los buscadores (también se puede hacer en casa) y los alumnos firman un compromiso de buenas prácticas, lo que las familias interpretan como un síntoma de descontrol. Desde el centro reconocen que el control total no existe, que los chavales siempre van un paso por delante, y que más que la tecnología hay que prevenir con pedagogía.
Inversión inicial que se compensa al no comprar libros
Los Chromebook y similares se están implantando desde hace unos años, como sustituto total o parcial de los libros, tanto en Primaria como en Secundaria. Cuando son propiedad del alumno, los padres realizan una inversión inicial que se compensa con el hecho de dejar de comprar los tradicionales manuales en papel. Estas familias que han trasladado su malestar al instituto de sus hijos no ven bien poner en manos de niños de once años unos ordenadores con un acceso tan abierto a internet, y aseguran que el progreso tecnológico no puede ir en detrimento de otras cosas, como la convivencia en casa. Desde el centro explican que desde el momento de la inscripción se informa del método de enseñanza que se emplea, con o sin ordenadores, una decisión adoptada junto con la comunidad educativa y aprobada por Consejo Escolar.
Compra libre, pero un único distribuidor autorizado en la Isla
Las cinco familias que han plantado cara a los Chromebook aseguran que se les obliga a comprar un determinado aparato en un determinado establecimiento de la Isla. De hecho, los centros de Menorca que usan estos dispositivos remiten a sus estudiantes a un comercio de Alaior. Consideran injusto estos padres que no puedan adquirir ordenadores donde quieran, más baratos, o usar los que ya tengan en casa.
La Conselleria de Educación y el instituto explican que no se obliga a nadie a comprar el ordenador en una tienda determinada. El centro elige Chromebook y el sistema Google for Education del mismo modo que elige una editorial concreta para los libros. Este pack incluye no solo el aparato, sino que además dispone de determinados programas y licencias, de servicios vinculados a Google. Y en Menorca, comentan, solo hay un distribuidor oficial, esta tienda. Las familias pueden proveerse de estos servicios donde quieran, explican, siempre y cuando presenten el ordenador en óptimas condiciones, las mismas que el resto de alumnos, para poder seguir las clases.
Las familias en cuestión critican el precio y dudan del argumento de las licencias, puesto que entienden que los mismos servicios se pueden obtener de otro modo. «Ni siendo propietario de tienda de informática se puede autoadquirir el Chromebook».
17 comentarios
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La falta de tacto al tratar un tema tan delicado y peligroso que debería haberse consultado activamente con las famílias es impresionante. Le decisión de cómo se gestionan los dispositivos con los y las estudiantes es decisión de cada casa y han dejado sin recursos para tomarla. Esta situación no es culpa ni de los adolescentes ni de las famílias, pues tal y como se ha gestionado, lo único que se ha podido hacer es seguir las órdenes del IES Cap de Llevant. A partir del momento de haber comprado estos dispositivos, e incluso la obligación de comprarlos en una única tienda, ha sido negligencia tras negligencia, dejando ver su absoluta falta de previsión, planificación y una preocupante falta de comprensión hacia las personas con edades entre 11 y 16 años.
Seguira todo igual sin arreglar nada y se pasaran culpas
El millor hauria estat continuar amb els llibres i utilitzar una adreça de correu electrònic per a comunicacions online. Fins que no inventin dispositius exclusius per instituts i col·legis, que evitin connexions a distraccions, perdem temps, euros i perjudicam famílies i alumnes.
Si el instituto no puede instalar nada que evite que se conecten a webs y redes sociales estando en clase, están reconociendo que cualquier dispositivo que ya tuvieran en casa podría haber evitado el gasto y los problemas.
Si ens fixem en el que respon l'institut veiem que diuen "capan algunas palabras" i són conscients de que els nens "van un paso por delante". Només amb això ja s'endevina que no haurien d'obligar a comprar aquests ordinadors si no són ells els qui clarament mostrin avantatge tecnològic.Però si aquestes respostes són el més intel·ligent que poden respondre, no és d'estranyar que no sàpiguen per on anar.
Otro negocio más oculto en las entrañas del sistema educativo a costa de los menores. Desconozco quién debe ser el iluso que se atreve a decir que esto es un "problema pedagógico" cuando está claro que es un problema generado por el propio instituto y la Conselleria de Educació, pero algo tenían que decir el que señala a otros. Eso de asumir responsabilidades solo lo hacen personas que no están ensombrecidas por su propio ego y soberbia. No, no es un problema pedagógico, para nada, ni problema de las familias. Es un problema causado por ignorantes, desde el momento que han obligado a comprar y usar unos dispositivos, con fines claramente económicos, que no son capaces de controlar. Y no solo pasa en el Cap de Llevant. El negocio redondo que está haciendo la tienda de venta exclusiva para todos los institutos de la isla huele a intereses y politiqueo que apesta.
El Centro debía entregar los ordenadores preparados para que lo usen menores y solo para que estudien con ellos, no para que pierdan el tiempo dentro o fuera del instituto. No pudimos comprarlos por nuestra cuenta porque fue la excusa que pusieron, que lo tenía que recibir directamente el propio instituto para dejarlos listos para entregar como herramienta de estudio y la realdad es que no saben hacerlo y nos dicen ahora a los padres que los niños pierden el tiempo conectándose a páginas en las horas de clase y se lo quitarán si siguen haciéndolo.¿Quién lo ha hecho mal desde el principio? Que lo arreglen ya o devuelvan el dinero
Las familias fuimos obligadas a comprar el ordenador en la tienda de Alaior. y está escrito en la circular que nos hicieron llegar que ponía que se tenía que comprar allí es falso que nos dejaran comprarlo donde quisiéramos.
No se trata de controlar, se trata de proteger, y según mi opinión, niños y niñas de 11 años necesitan ser protegidos convenientemente por sus familias, dejando aparte que si el propósito de los dispositivos comprados es el uso educativo, es de lógica que los padres/madres puedan y deban controlar el acceso a cuentas y páginas que puedan provocar distracciones, además de ser un peligro para los menores. Lo de que solo se pueda comprar en una tienda de la isla es cuanto menos llamativo. Muy mal que sigan ocurriendo estas cosas.
Los Chromebooks son una estafa. Unos ordenadores capados que no pueden hacer ni una decima parte de lo que haría ningún ordenador medio decente comprado por el mismo precio, y además acentúan el monopolio de Google. Obligas a las familias a comprar un ordenador cuando en casa ya tienen otros, probablemente mejores (y puede que mas baratos) y obligas a utilizar los servicios de Google.