Acompañados por la psicóloga de Cuidados Paliativos, Magdalena Marqués, y la matrona y supervisora de la planta de Tocoginecología, Isabel Aragón, este grupo se reunirá una vez al mes con el objetivo de poner al alcance de los padres «un espacio íntimo de escucha activa, de acompañamiento y cuidado emocional, donde compartir experiencias y sentimientos desde el respeto mutuo, de comprensión sin juicio», han explicado desde el centro sanitario.
A lo largo de este año, siete familias de Menorca han sufrido una pérdida perinatal o neonatal y, según explica Marqués, «el duelo perinatal es un proceso normal, no patológico, pero conlleva un intenso sufrimiento para los padres y representa una clara crisis vital y familiar».
«El desbordamiento emocional, angustia y sintomatología de tipo depresivo o ansioso pueden ser muy intensos y requieren apoyo emocional, comprensión y empatía para que puedan ser contenidos», ha añadido la psicóloga, quien subraya que «el no hablar de lo ocurrido, el silencio que sigue al fallecimiento del bebé no hace más que intensificar el dolor de las familias que se enfrentan a este duelo, invisible o mejor dicho, invisibilizado, ya que el duelo perinatal es sin duda un tema tabú.
«Se debe hablar sobre la muerte perinatal. Sólo así, reconociendo el dolor, podremos ofrecer apoyo y acompañamiento a quien lo necesita. Es la única forma de que el duelo encuentre su lugar y su camino», ha sentenciado.
Por otra parte, el equipo multidisciplinar de duelo perinatal trabaja para reforzar el apoyo que reciben las familias que se enfrentan a un nuevo embarazo tras la pérdida de un hijo. «Un nuevo embarazo puede ser una situación que se viva con mucha angustia, mucho miedo y desesperación ante el temor de que se repita la situación, con altibajos emocionales durante los meses de gestación, antes de que se vea la luz», manifiesta Marqués.
Este es un paso más en el marco del protocolo para la atención del duelo perinatal que se implementó en mayo de 2019 en el hospital Mateu Orfila para ofrecer recursos a los profesionales sanitarios y mejorar la atención a las familias.
Este protocolo contempla que, en el momento del alta hospitalaria, a la pareja afectada se le entrega, si lo desea, una caja de recuerdos, con la ropa de su bebé, las huellas dactilares, su pulsera identificativa e incluso fotografías que ayuden a afrontar esta pérdida. Del mismo modo, se les entrega una carta de condolencia y una serie de recomendaciones por escrito sobre el proceso del duelo y recursos diversos que puedan servir de ayuda cuando lleguen a casa.
«Disponer de este espacio para que los padres puedan despedirse del bebé, crear recuerdos, es una experiencia que ayuda a afrontar el duelo y el dolor por una pérdida que no tiene nombre. Cuando muere tu pareja quedas viuda. Cuando mueren tus padres, huérfana. ¿Y cuando muere un hijo? El duelo perinatal es un duelo escondido. Nadie pregunta cómo estás. Las expectativas, los planes y las ilusiones depositadas en ese bebé quedan en el silencio. Y es que el amor no empieza con el nacimiento, ni acaba con la muerte», ha concluido la psicóloga.
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