Los hoteles menorquines han cerrado una temporada turística irregular. | Archivo

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La planta hotelera menorquina ha dejado atrás una temporada turística heterogénea en sus resultados, en la que en función de las categorías, segmentos y modelos de negocio se han vivido peores o mejores resultados, pero que en término medio se ha saldado con un estancamiento de la rentabilidad. Esa realidad reflejada en los datos del Instituto Nacional de Estadística tiene dos lecturas. Por un lado, se ha frenado en seco el crecimiento que se mantenía en el último lustro. Por otro, se ha mantenido el nivel de ingresos a pesar del difícil contexto de la industria turística. El vaso medio lleno o medio vacío.

Ya sin Thomas Cook en el mercado, el mes de octubre, cuyos resultados se han dado a conocer esta semana, ha dejado unos ingresos medios por habitación disponible (Revpar) de 31,4 euros, lo que supone un ligero incremento del 2,51 por ciento en relación al año pasado. La temporada ha sido muy irregular en relación al principal medidor de la rentabilidad del sector hotelero. El balance son tres meses de subidas tímidas y tres meses de bajadas tímidas con una sonora excepción, la del mes de mayo, en que los ingresos por habitación en el mercado cayeron por encima del once por ciento.

La media de la temporada deja unos ingresos medios mensuales de 82,03 euros, un 0,28 por ciento menos que en la pasada campaña, aunque esa operación estadística puede conllevar distorsiones por cuanto no tiene el mismo peso un mes de agosto, cuando los hoteles están al cien por cien y el precio se dispara, que un mes de octubre, cuando hay muchas habitaciones libres y abundan las ofertas. En ese sentido cabe resaltar que el agosto ha dejado la mejor evolución interanual de la temporada, con un incremento de los ingresos por habitación disponible del 2,3 por ciento hasta los 142,2 euros, una cifra récord.

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