La edificación, situada en el número 11 de la céntrica calle de Santa Clara, data del año 1940 y se encuentra catalogada en el Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico-Artístico de Ciutadella (Pepcha). Aunque lleva los últimos años en desuso, el promotor pretende llevar a cabo una actuación de un total de 1.378.208 euros y destinarla al uso hotelero.
Según el expediente municipal para el cambio de uso que se encuentra ahora en exposición pública, el edificio será dotado de 15 habitaciones dobles con baño, distribuidas en tres plantas conectadas a través de tres escaleras y dos ascensores.
En la planta baja se ubicarán dos habitaciones dobles en suite, una de ellas adaptada para minusválidos. En este mismo espacio también está previsto ubicar, la recepción, el vestíbulo, una oficina, sala de reuniones, cocina y almacenes. En la planta primera habrá otras siete habitaciones, una sala de estar, almacenes y, también, una terraza descubierta. En la segunda planta, habrá las últimas doce plazas, almacenes y otra terraza descubierta. En la azotea se ubica una tercera terraza.
Además de estas plantas sobre rasante, bajo rasante se ubican dos sótanos. Uno de ellos se destinará a un espacio que albergará un spa con una piscina cubierta de 30 metros cuadrados, así como varias zonas de masajes, sauna y baño turco. El otro servirá como cuarto de instalaciones y será de uso exclusivo de los operarios del hotel.
En total, el edificio ocupa 1.600 metros cuadrados que se extienden en forma de «L» y la reforma afectará a más de 1.400 metros cuadrados.
En cambio, se mantendrá el estado actual de las fachadas del edificio por su valor histórico y patrimonial. La entrada principal destaca por tener un gran arco con puertas de grandes dimensiones, presidida por un balcón en la planta primera. Además de esta entrada en Santa Clara, también tiene accesos desde la calle Sant Josep, donde también destaca un tradicional boínder.
Sala Sant Josep
Aunque el proyecto que ahora se encuentra en exposición pública no afecta la sala Sant Josep que, antiguamente formaba parte de la casa señorial, fuentes consultadas por este periódico confirman que la intención del promotor era la de adquirir también este espacio, que se ubica justo al lado. Sin embargo, la entidad bancaria propietaria de Sant Josep decidió no venderla.
De hecho, aunque la adquisición por parte del Consell no se ha cerrado todavía, es un equipamiento que está previsto obtener a través de los fondos del impuesto de turismo sostenible.
12 comentarios
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Ninguna pena,como menorquin me alegro. Por fastidiar durante años con vuestras políticas y sumandole la envidia.
Que se ponga tranquilo,conozco inversores de aquí con un proyecto y una buena inversion que dara trabajo a mucha gente y lo tienen parado,hace mas de un año que se presento el proyecto,tambien unos socios Vascos con un proyecto que no hay manera de tener los permisos por parte del Consell y Ayuntamiento.No todos son Franceses.
Quina pena! Els de fora faran els negocis a Menorca.
Menorquin. Hablas como si hubieras vendido tu. Es increíble como puedes hablar con tanta rotundidad sin tener ni idea de lo que hablas.
Menorquin, tens tota sa raó, he consultat sa immobiliària i efectivament, hotel en venta, per tant, * inversores franceses o especuladores franceses*???
a n'aquest pas d'aquí 15 anys tots es edificis històrics des casc antic seràn hotels interiors... on anam a parar?
¡Basta ya! Pronto ningún vecino podrá vivir en el centro de Ciutadella. ¿En esto queremos convertir Ciutadella?
A QUINA PENA: Sé explícito y dí el porqué de lo que dices, y otra cosa, yo tengo un montón de amigos franceses enamorados de Menorca y de su cultura (que por cierto, una parte de la idiosincrácia de los pueblos y el carácter menorquin tiene raíces francesas) y lejos de afearle lo que están haciendo muchos inversores galos por nuestra isla, algo que nosotros no hacemos (somos un poco paraditos en ese sentido) devolviendo a la vida un montón de "llocs" y casas históricas que estaban cayendo a trozos... pero claro, tu debes ser el típico ofendido que odia a los "gabachos", pues si no te gusta, te aguantas...
Recomiendo a los inversores franceses que, como hacía el padre de Mafalda, hagan acopio de «Nervocalm» ante el delirante fárrago administrativo que les espera por intentar emprender un negocio en esta isla.
Realmente no sé donde van a aparcar. En cualquier caso es triste que mientras los ciudadanos pagan unos alquileres estratosféricos (sin conexión con los salarios que se perciben) los edificios del centro histórico sirvan únicamente para la especulación hotelera. ¡Ains! Y parece que no hay otra solución, hotel o franquicia o el edificio "se cae".