La adecuación de las parcelas tiene un plazo de ejecución de un mes | Gemma Andreu

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Diez años después de que se urbanizara la zona próxima al Cuartel de Santiago, en Maó, por fin se empieza a mover maquinaria pesada en alguna de las parcelas resultantes. Hasta la fecha no se había desarrollado en este barrio fantasma ningún proyecto constructivo. Esta semana han aparecido las primeras máquinas para acometer un proyecto que difiere del objetivo inicial de estos solares. Donde se habían contemplado edificios de viviendas, sobre todo de iniciativa privada, se empieza a construir ahora una zona de aparcamiento que promueve el Ayuntamiento de Maó, gracias a un convenio suscrito con la Sareb.

Este aparcamiento prevé la habilitación de 123 plazas que permitirán desahogar un barrio en el que la afluencia de coches es muy elevada. De hecho, esta área pendiente de desarrollar se había convertido en un simple espacio sin más provecho que el estacionamiento de coches, puesto que la crisis paralizó cualquier proyecto edificatorio y las más recientes perspectivas surgidas no se han materializado aún. Se utilizan para este fin unos 3.300 metros cuadrados, distribuidos en dos parcelas no contiguas, que están siendo acondicionadas en estos momentos con una intervención simple que tiene un plazo de ejecución de un mes. El presupuesto de la actuación es de 67.000 euros.