Pacientes aguardan su turno en la sala de espera de las consultas externas del hospital Son Espases, en Palma. | J. MOREY

TW
2

El aumento del descuento de residente en los vuelos entre islas, vigente desde julio de 2017, ha supuesto un revulsivo para el turismo local. Mallorca y Menorca intercambian más pasajeros que nunca. Esta es la cara de la moneda, la cruz es que aquellos que viajan por estricta necesidad, como los pacientes de la sanidad pública, tienen dificultades para encontrar plaza, especialmente en los vuelos de vuelta y durante el fin de semana, cuando hay mucho más movimiento de pasajeros, pero, por contra, menos frecuencias.

Air Nostrum ofrecía hasta ahora ocho frecuencias diarias entre semana y siete en sábado y domingo, y para este invierno se espera que aumente a nueve los vuelos diarios con Mallorca. Por otro lado también opera en esta ruta Air Europa. Aún así, la oferta «se queda corta en momentos puntuales, sobre todo en fin de semana, hay que reservar con mucha antelación», admite el presidente de la asociación de Agencias de Viajes de Balears (Aviba) en Menorca, Llorenç Pons.

Una previsión que no es posible para algunos enfermos que tienen que tramitar los billetes con cargo al IB-Salut. «La agencia me pide que vaya con más antelación pero en Canal Salat me dan los papeles cinco días antes de la cita», explica una usuaria. Su problema es que el especialista al que acude en el Hospital de Son Espases, un neurocirujano, solo pasa consulta dos viernes al mes, «viene de fuera», y si la ida a Palma en viernes se ha puesto complicada, el regreso, junto con un acompañante, es aún más difícil. El viernes regresan los que trabajan entre semana en Mallorca, incluidos políticos, y también muchos residentes de la isla vecina de escapada en Menorca. El resultado es que después de tres meses de espera, esta paciente, que no desea salir del anonimato, tuvo que reprogramar su cita prevista para el 19 de octubre y pasarla al próximo 9 de noviembre.

El motivo: que tenía billete de ida pero no de vuelta en el mismo día «y no me podía permitir el lujo de dormir allí». Porque ese es otro problema, cuando no hay ingreso hospitalario no se cobra dieta ni se opta a los recursos residenciales públicos. Viaja con acompañante, como la mayoría, en su caso por un problema de falta de equilibrio, así que el hotel para dos no era una opción, y el regreso juntos a Menorca se volvió imposible, «nos querían meter a uno en un vuelo el sábado y a otro el domingo».

Así que la única opción ha sido retrasar la consulta y volver a tramitar un billete, haciendo la reserva lo antes posible y confiando en que haya hueco. «Entiendo que la gente ahora en fin de semana viaja mucho, pero tienen la obligación de dejar billetes para los enfermos, si no, ¿qué hacemos?». Esta paciente lleva más de ocho años acudiendo al especialista en Son Espases y nunca había tenido tantas dificultades para encontrar billetes a Mallorca.