Los amarres del Moll de Llevant viven ahora una época del año de baja actividad

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El plazo de un mes otorgado por Autoridad Portuaria de Balears a Trapsa Yates para formalizar la devolución de los amarres que gestiona desde 2008 en el Moll de Llevant del puerto de Maó se agotará en apenas un par de semanas. Mientras tanto, la empresa exprime los medios legales a su disposición para frenar la ejecución de la revocación de la concesión provocada por un incumplimiento del contrato. Según ha podido saber este diario, Trapsa Yates presentó la semana pasada un recurso a la medida adoptada por el ente gestor del puerto, con la intención de revertirla, o al menos interrumpir la ejecución de la misma.

La notificación, que se produjo a mediados de diciembre, de la revocación de la concesión por un incumplimiento del contrato (por la cesión de amarres a terceros) abrió un escenario complicado de incertidumbre para Trapsa Yates, que en el puerto de Maó trabaja bajo la marca Marina Mahón. Para nada se esperaba en la sede menorquina de Trapsa una medida de este tipo, y más aún cuando la administración judicial cumple con el pago del canon anual en tiempo y forma.

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