Administraciones públicas y representantes empresariales participaron en la presentación de la nueva máquina | Gemma Andreu

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Aunque todavía está en fase de puesta a punto y de formación del personal, ya tiene algún trabajo encargado. La esperanza es que sean muchos más. De hecho, el imponente travelift que, con sus más de diez metros de altura y 58 toneladas de peso, preside desde hace unos días el Cós Nou del puerto de Maó recoge una buena parte de las esperanzas que administración y empresarios tienen de llegar a explotar el hasta ahora desaprovechado potencial económico de la rada.

La grúa, con capacidad para levantar hasta 150 toneladas, es decir barcos de unos 40 metros de eslora, es una vieja, muy vieja, reivindicación del sector náutico, que durante la última década ha vivido una serie de concursos frustrados, demoras eternas y promesas diluidas. Pero no es el fin del trayecto. La grúa supone el primer paso hacia la conversión del Cós Nou en la gran, y única, zona de reparación y mantenimiento de embarcaciones del puerto, que culminará cuando se resuelva el concurso definitivo para la gestión de este espacio. El presidente de Autoridad Portuaria, Joan Gual de Torrella, se animó a dar un plazo para ello: un año o año y medio.

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