Una maestra da clases a un alumno en los pasillos del centro. En el fondo, otra docente trabajando. | Josep Bagur Gomila

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Las estrecheces que sufre desde hace ya varios años el CEIP Mare de Déu del Toro de Es Mercadal están a punto de llegar al límite. Incluso sobrepasarlo. Las previsiones para el próximo curso apuntan a que deberán crearse uno o dos grupos más. Si se da el primer caso, usarán los últimos rincones posibles. Pero si se produce el segundo, la dirección de la escuela ya no sabe qué dependencias habilitar para acoger a los alumnos.

El colegio es viejo. La comunidad educativa del CEIP Mare de Déu del Toro celebra este curso su 75 aniversario. Por esto mira  al pasado, a sus orígenes, con alegría y numerosas actividades dentro del mismo centro. No obstante, el futuro es incierto. El estado del edificio no es bueno, con diversos problemas que necesitan intervenciones urgentes. Pero lo peor es la falta material de espacio, que se ha ido agravando en los últimos años por el constante incremento de la matrícula, y pese a que recientemente este aumento se ha contenido.

El CEIP Mare de Déu del Toro ya cuenta con dos aulas modulares y sus patios están exprimidos al límite. Son insuficientes para la cantidad de alumnos que acogen. En ocasiones han llegado a usar el parque que tienen al lado, con la colaboración del Consistorio. No es lo óptimo, afirman desde el colegio. La biblioteca, una antigua cocina, los almacenes, todos estos espacios de uso no directamente lectivo se han reconvertido ya en aulas. Algunas carecen de ventanas. Incluso las clases individuales o para un par de  alumnos, aquellas que son de refuerzo o con objetivos similares, se imparten en los pasillos, donde también se pueden ver a docentes solos trabajando.

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