El Real Aeroclub de Mahón acumula más de año y medio de gestiones y trámites para poder convertirse en el primer campo de vuelo de ultraligeros

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La llegada de aeronaves ultraligeras a Menorca se hace esperar. El Real Aeroclub de Mahón acumula más de año y medio de gestiones y trámites para poder convertirse en el primer campo de vuelo de este tipo de aviones deportivos de la Isla, pero de momento, la autorización no llega. El presidente de esta entidad, José Luis Barrero, es positivo y cree que el pronunciamiento de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA) no se prolongará en exceso en el tiempo. «Pero de momento seguimos sin autorización», lamenta.

La entidad ya dispone del visto bueno del Aeropuerto de Menorca, de la denominada carta operacional que requieren este tipo de servicios. Falta la autorización de AESA.

El campo de aterrizaje del Aeroclub se encuentra dentro del espacio protegido del Aeropuerto. Las aeronaves ultraligeras no pueden, por normativa, volar a cinco millas a la redonda de un espacio aéreo controlado. De ahí que sea necesario contar con una exención para permitir el aterrizaje de estas aeronaves en el aeródromo.

El retraso puede obedecer, además, a la delicada situación en la que se encuentra el terreno en cuestión. Y es que el Aeroclub ocupa a precario un terreno en venta. Posiblemente, el organismo competente en seguridad aérea ha querido confirmar que sigue permiténdose la actividad aeronáutica en estas instalaciones.

Barrero asegura que «nos haría mucha ilusión que este verano ya pudieran llegar estas aeronaves» pero es consciente de que no es posible fijar fechas cuando dependen de la burocracia. El presidente es firme en la decisión y asegura que la entidad no arrojará la toalla porque se trata de una apuesta de futuro para Menorca. De hecho, «la aviación privada y deportiva ha ido evolucionando desde la certificada y hacia estos ultraligeros».

La implantación de este tipo de aeronaves avanza a gran velocidad. Para quien no es un experto en la materia, las diferencias entre una avioneta tradicional y la ultraligera son prácticamente inapreciables. No obstante, éstas intentan simplificarlo todo, empezando por el peso de la aeronave y acabando en el coste.

El presidente de la entidad hace especial hincapié a la seguridad que, «en un campo grande como el nuestro, está garantizada».

Barrero explica que «solo en Cataluña hay 40 campos, en Mallorca hay tres y ninguno más en el resto de islas». En Eivissa, Medio Ambiente ya ha informado favorablemente a la declaración de impacto ambiental del proyecto de construcción de un campo de vuelo para estas aeronaves ultraligeras. En este caso, se trata de unas pistas de nueva planta, situación diferente a la de Menorca.