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«Sant Joan es una fiesta balear y requiere medios ajustados a la gran masificación que concita». Lo dijo ayer el alcalde de Ciutadella, José María de Sintas, tras conocer el fallecimiento de Núria B. N., la mujer de 66 años que se hallaba en estado crítico desde que el caballo de l'amo de S'Aranjassa la arrolló trágicamente la noche del 24 de junio, poco antes de que se suspendieran los Jocs des Pla.

Las anomalías detectadas este año en el funcionamiento del dispositivo de seguridad han puesto al alcalde en el disparadero. Pero él asume ser «el máximo responsable», acepta «dar la cara» y anuncia «decisiones valientes», para las que tratará de implicar a otras administraciones. Una vez tenga el informe del inspector de la Policía Local, convocará a la delegada del Gobierno y al conseller de Salut a una reunión extraordinaria de la Junta de Seguridad en demanda de soluciones que trasciendan la esfera local. «Vienen más de 30.000 personas de fuera, 20.000 de ellas de Mallorca, y alguna respuesta debe darse».

Consciente de que «el operativo no ha sido suficiente», exige más medios policiales y sanitarios, así como un plan de seguridad específico de Sant Joan «para planificar mejor» cualquier contingencia en los Jocs des Pla.

«Hemos aprobado una ordenanza que regula distintos aspectos de la fiesta, y hemos intentado reactivar el voluntariado. Se ha hecho mucho, y todavía queda mucho por hacer, pero todo es poco al lado de una vida humana».

Por eso llama a todos a «cambiar el chip».

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