Desfibrilador para las gambas

Tomeu Sánchez, conocido por su faceta artística, se ha puesto al frente de un proyecto que ya comienza a andar. El primer cambio ha sido visual, estético. "Había que poner orden". Los vendedores de pescado se concentraron a un lado del Mercat para acabar con esa sensación de espacios muertos. El otro se ha dejado para otros puntos de venta, centrados sobre todo en productos autóctonos. Cinco están ya abiertos (platos para degustar in situ, quesos, embutidos, pastas y cerveza) y en breve se habilitará un sexto (vino y cava). Quedan algunos vacantes.

El edificio también se ha adecentado superficialmente. "No se puede reformar porque está protegido, pero tampoco lo haría". Se ha incorporado mobiliario, como sillas y mesas, y una barra para degustar los productos, "sin alterar para nada los elementos originales". El edificio data de 1927. La utilización de elementos homogéneos, como la cartelería, y el esmero por la decoración de las paradas son otros de los caballos de batalla del dinamizador.

Una anécdota. Donde los antiguos concesionarios habían colocado congeladores y neveras se habían eliminado las características losas sobre las que se vende el pescado. Al querer recuperarlas, resulta que nadie sabía donde estaban. Y siguen desaparecidas, por lo que se han sustituido por estructuras de madera. "Todo lo que se ha hecho es muy sencillo, sin alardes, como han sido siempre los pescadores de la Isla", explica.

Sánchez considera básico que el Mercat des Peix sea algo agradable para el cliente. Para ello se ha ambientado el espacio con motivos marineros (con dos embarcaciones cedidas por Amics de la Mar que estaban guardadas en la cantera de Robadones y que han sido restauradas por la Brigada Municipal) y se han cambiado algunas rutinas de funcionamiento de los vendedores de pescado, sobre todo en el uso de las zonas comunes. "La estética es importante para que la gente entre, la gente come por los ojos".

Precisamente en este sentido la valoración de los primeros días de la nueva etapa del Mercat des Peix es positiva. "Ahora entra más gente, ven las mesas del patio y perciben que aquí pasa algo. Agradecen que se vea un espacio arreglado, limpio". Sánchez explica que se ha encontrado incluso con mahoneses "que creían que la pescadería estaba cerrada o iba a cerrar", mientras que ahora incluso algunos pescaderos se plantean abrir unas horas por las tardes. "La competencia es fuerte, y se tiene que luchar haciendo cosas, no solo quejándonos. El Mercat des Peix se estaba viniendo abajo y queremos que haya vida".

El desfibrilador comercial funciona sin problemas en verano pero la salud del paciente se resentirá, sin duda, en invierno. Todo un reto. La intención de Sánchez es que la nueva oferta complementaria esté abierta todo el año. "Puede funcionar". Las claves son establecer horarios adecuados y organizar actividades, como visitas escolares, que den valor al espacio y promuevan un cambio en el hábito de los potenciales clientes.

Espacio cultural
Y es que Tomeu Sánchez concibe el futuro del Mercat des Peix como un espacio cultural, para ello, y redundando en la importancia de la estética, ya ha pensado en un nuevo nombre, a modo de marca, para la tradicional "peixateria": Mercat Femenies. El motivo, darle al inmueble un aire cultural y reconocer al arquitecto que lo diseñó. La vertiente cultural del espacio se traducirá pronto en actuaciones musicales o de animación. Para la temporada baja, en principio, se deja la parte más divulgativa, con exposiciones, demostraciones de profesionales y conferencias vinculadas con el mundo del mar., incluso excursiones a bordo de barcos de pesca.

El desfibrilador ha actuado en el Mercat des Peix, ahora hay que dejar que haga efecto el tratamiento y mantener una vida sana, basada en buenos alimentos y una actividad constante.