¿Como llega una californiana a una isla tan alejada como Menorca?
Cuando estudiaba Psicología en Estados Unidos, fui a Córdoba para aprender español. Estando allí sucedió la catástrofe del Prestige en Galicia, y fui de voluntaria para quitar chapapote. Allí conocí a un grupo de Menorca, entre ellos el director del Ecomuseu de Cap de Cavalleria, quien me propuso venir a trabajar de recepcionista, porque quería dar un impulso internacional al centro.
Y ahora ha escrito un libro...
Sí. Yo quería escribir un libro sobre mis primeros cinco años en Menorca. Porque ahora, después de nueve años aquí, todo me parece normal, pero cuando llegué había cosas que me sorprendieron, que me chocaron. Quería escribir todas esas cosas antes que se me olvidaran, esas cosas que me sorprendieron pero que ahora me parecen muy normales. En cada capítulo hay anécdotas, cosas que me han ocurrido.
¿Qué es lo que más le sorprendió al llegar a esta Isla?
Me sorprendió la diferencia al ir al supermercado. En Estados Unidos tengo doscientas opciones de champú o pasta de dientes, pero aquí tenía dos opciones, dos marcas. Estaba acostumbrada a un país muy consumista, y llegué aquí y eso era diferente. También me llamó mucho la atención que aquí podía ir andando a todos lados.
¿Se puede explicar alguna anécdota que aparezca en el libro?
Bueno, hay muchas, entre ellas las más habituales, como ir a la carnicería y pedir una polla en lugar de un pollo, errores del lenguaje. También explico como llego a Menorca, experiencias que he tenido con la gente de aquí, de cómo poco a poco he hecho amigos, he aprendido a ir a buscar setas, a hacer cosas de aquí.
El libro se ha publicado en inglés, lo veremos en catalán o castellano?
Me gustaría mucho. Por ahora se ha publicado en inglés, en Nueva York, en una editorial que trabaja también en Londres y Suráfrica. Pero el publicarlo en español dependerá de si el libro tiene éxito, espero que sí.
¿Qué diferencia hay entre los californianos y los menorquines?
Al principio la gente es más fría, te cuesta mucho entrar en contacto, pero cuando se abre es como una familia. En California no tienes esto, es al revés, la gente es abierta al principio, muy simpática a la cara, pero luego no hay nada detrás. La gente de aquí es muy buena, me siento muy apoyada, hay mucha diferencia. La gente de Es Migjorn Gran es como de mi familia, mientras que en California no tienes este tipo de relaciones con la gente. Me encanta que aquí los vecinos vengan a casa, sin llamar a la puerta. Ya no podría volver a Estados Unidos.
¿Por qué Es Migjorn Gran?
Me lo recomendó el director del Ecomuseu, es un pueblo pequeño y me gustó mucho cuando lo conocí.
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