La instalación se sirve exclusivamente de los elementos abandonados en el espacio. | Gemma Andreu

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Suma y sigue. La apertura de nuevos espacios artísticos en la Isla, más concretamente en Maó, parece no tener fin. A mediados de este mes abrió sus puertas una nueva galería en la localidad de llevant, lleva por nombre Fábrica40 y está situada en ese mismo número del Carrer de Ciutadella, donde tiempo atrás, y durante muchos años, tuvo su sede la factoría de calzado Carreras. Se trata de un edificio que estaba en manos de la Sareb (banco malo) y hace unos meses fue adquirido por un grupo empresarial. Después de 20 años sin actividad, ahora ha iniciado una nueva etapa como proyecto, se podría decir que todavía embrionario, de espacio cultural.

Actualmente, y hasta finales de mes, se puede visitar (con cita concertada) la muestra inaugural, que lleva por título «La memoria comienza en un espacio vacío», una instalación firmada por el artista vasco José María de Orbe, muy vinculado a Menorca desde hace años, y que pretende ser un homenaje a la labor empresarial que allí se desarrolló durante tanto tiempo.

José María de Orbe, en el centro, durante la inauguración.
José María de Orbe, en el centro, durante la inauguración.

Relata Rafael Merry del Val, uno de los empresarios al frente del proyecto, que cuando entraron para acondicionar la nave se dieron cuenta de que en ella todavía habitaban un gran número de elementos relacionados con la actividad que allí se había desarrollado: herramientas, hormas, archivadores, documentos... «Pensamos que sería bonito inaugurar el proyecto con un homenaje a la antigua fábrica», relata.

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La primera muestra de un proyecto cultural que aún está por definir. En los próximos meses acogerá nuevas exposiciones, pero las grandes posibilidades del espacio (350 metros cuadrados y otros 250 de patio) están siendo estudiadas por los promotores para crear un proyecto «multifuncional» que haga compatible la vertiente artística con la empresarial.

Conocido por sus trabajos fotográficos y cinematográficos, José María de Orbe también se ha dedicado mucho al diseño de instalaciones artísticas. «En el fondo, se trata de crear atmósferas», reconoce alguien que acostumbra a ahondar en la relación entre el espacio, la historia y la identidad. Y lo que pretende con la instalación que ahora firma en Maó «es realizar un homenaje a todas aquellas personas que han trabajado en la fábrica». Ello siempre con una premisa fundamental, «trabajar exclusivamente con los elementos que encontramos allí, no traer nada de fuera».

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La exposición se podrá visitar hasta finales de este mes. | Gemma Andreu

Un proceso creativo para el que    se ha guiado «captando las energías» que se encontró en el espacio «y canalizándolas». Añade que «siempre dejamos algo allí donde hemos dedicado parte de nuestra vida, y yo quería hacer un homenaje a una gente que no he conocido a través de las sensaciones que he recibido».

Por otra parte, sobre el proyecto Fábrica40, Rafael Merry reconoce que «la proyección que tiene la ciudad es increíble desde el punto de vista cultural», un factor que ha animado al grupo empresarial a embarcarse en esta aventura, de la que insiste todavía queda por definir el formato definitivo, sobre el que avanza que la opción «mixta» entre un proyecto cultural y empresarial «sería lo más viable».