Àlex Susanna con Ponç Pons.

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Una relación de 37 años, cimentada en los encuentros y el deseo de los reencuentros con los amigos, los paisajes y los poemas, forja vínculos tan sólidos que llegan a ser imperecederos, hasta que perece el protagonista de estas vivencias. Àlex Susanna (Barcelona, 1957), poeta y narrador, gestor cultural, traductor, articulista y profesor universitario, que ha fallecido tan pronto y con tantos ilusiones y proyectos en marcha, halló en Menorca el sentido de su vida y de la poesía.

Como Gil de Biedma, el director literario de editorial Columna, del Institut Ramon Llull, la Fundació Caixa de Catalunya y director de arte de la Fundació Vila Casas, creía que quería ser poeta, y durante este periplo menorquín de 37 años, que lo ha unido para siempre a esta Isla que navega sobre el mar, descubrió que en realidad, aspiraba a ser poema.

En Menorca vivió su propia epifanía, una experiencia de revelación que le iluminó y lo cambió interiormente. Aquí supo que era el poema Àlex Susanna, que intentaba sondear y descifrar cada jornada en sus dietarios, pero nunca obtuvo la contestación definitiva a tantas preguntas sin respuesta. Puede que ahora obtenga alguna, no todas, de las soluciones en las charlas infinitas que podrá trabar con Emili de Balanzó, amigo del alma.

Referente de toda una generación, Àlex Susanna era un hombre que combinaba la vida y la literatura, el arte con la sociedad, la relación individual con grupos de amigos, aportando su generosa imaginación fértil, fermento incesante de ideas, junto una enorme capacidad de trabajo. Navegaba entre la sensibilidad, el hedonismo y el cultivo amable de la amistad. Nunca

Hoy le recuerdan, entre otros, Ponç Pons, Josep Maria Quintana, Miquel Àngel Limón, Maite Salord y Carles Jiménez, que escuchan los ecos de conversaciones pausadas, confidencias compartidas, mientras se oscurecía la tarde canicular; y evocan las miradas que convergían, y discrepaban también, sobre el sentido, el objetivo y el contenido de la creación literaria. La voz propia de cada poeta y escritor.

«Cuentan que si abrías tu corazón a Susanna, podías estar seguro de que iba a tratarlo con sumo cuidado, porque tu corazón no sólo era el reloj de tu vida sino el motor de tus acciones y el horno donde se cuecen las emociones que luego devienen poesía», escribe Miguel Dalmau en «La Vanguardia».

El autor galardonado con los premios Miquel Palol de poesía, Josep Pla de narrativa y Crítica Serra d’Or de Literatura manifestó, en marzo de 2017, al diario «MENORCA», con motivo de la presentación en Maó de su poemario «Filtracions»: «mi relación con Menorca viene de lejos, me gustaría redactar un libro que reúna todos los poemas de temática menorquina que he escrito., Todos los libros tienen algún poema, y el ‘Quadern de Fornells’ y el ‘Quadern d’ombres’ están dedicados al paisaje natural y cultural de la Isla».

Àlex Susanna, que apreciaba la obra pictórica de Vives Campomar, redactó los textos para los catálogos de las exposiciones-homenaje a Josep Serra Llimona (2012) y Miquel Vilà en la Sala Parés de Barcelona (2016). Ya presentó, en 1999, el libro de poemas y narraciones «Abissínia», de Ponç Pons, en el Espai Mallorca de Barcelona, que publicó «Columna» bajo su dirección.

Vinculado siempre a Fornells, su espacio vital de referencia, donde notaba la ingravidez de la tierra insular, el mar en calma o embravecido, y el cielo , ora centelleante, ora ferruginoso, en agosto de 2015 intervino en las ‘tertúlies d’estiu’. En el castell de Sant Antoni, situado a poca distancia de su domicilio forneller, fue presentado por Ponç Pons, con el que tantas veces navegó y surcó las aguas de la tramontana para resolver el arcano de su color turquesa.

En 2005, como presidente de la Fundació Caixa Catalunya, avaló y financió la excavación arqueológica de sa Cova des Pas, que llevaron a cabo la UIB y la Universitat de Barcelona de la mano de los doctores Víctor Manuel Guerrero Ayuso y Josep Maria Fullola Pericot. También costeó las primeras excavaciones en Torre den Galmés y colaboró con Joventuts Musicals en la organización de conciertos.

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En enero de 2006 Àlex Susanna presentó en la librería «Proa» de Barcelona la novela «Els Nikolaidis» de Josep Maria Quintana, que fue definido por el editor poema como «un personaje atípico de nuestra sociedad literaria porque no desea realizar carrera literaria pese a que es muy buen escritor».

Los lectores y el público

En julio de 2006, con motivo de la publicación de «Suite de Gelida», explicó al «MENORCA» que «me hace gracia, porque siempre es en Menorca donde anuncio mis próximos libros. El año anterior di a conocer que saldría un dietario y ahora puedo anunciar que el 2007, coincidiendo con mis 50 años, publicaré un nuevo libro de poemas, siete años después del anterior. Por tanto, soy un autor lento. Voy haciendo, sin prisas. En el fondo, lo que me gusta es que aquello que escribo envejezca como un buen vino. La gracia de escribir poesía y escribir dietarios es que te diriges a lectores, no a un gran público. Francisco Brines decía ‘los poetas no tenemos público, tenemos lectores». Es una gran verdad, y no hay nada más reconfortante que ir comprobando, libro tras libro, que tienes lectores, y buenos lectores».

En 2018 presentó en el Ateneu el libro «Autoretrat de Jordi Garcés», una biografía singular del arquitecto barcelonés a partir de doce conversaciones que mantuvo con Jordi Corts.

En septiembre de 2019 actuó como comisario, junto con Carles Jiménez, de la exposición «Pintar (a) Menorca» en el Museu Diocesà de Barcelona, que reunió 80 obras de cuatro pintores catalanes: Josep Serra Llimona, Francesc Artigau, Xavier Serra de Rivera y Miquel Vilà, y el menorquín Josep Vives Campomar. El promotor de este montaje en la Ciudad Condal fue Àlex Susanna. En el catálogo escribió que sigue el rastro de la larga tradición de artistas que «després de visitar l’illa de Menorca n’han quedat ullpresos».

En noviembre de 2021 intervino en la presentación del libro «Desaïllant l’art», de Carles Jiménez, en la librería Alibri de Barcelona. Y en mayo de 2022 redactó el prólogo para la reedición de «Ningú no pot enganyar els morts», de Josep Maria Quintana, obra con la que obtuvo el Premi Ciutat de Palma Llorenç Villalonga 2011. Escribe Susanna en el prólogo: «el millor que es pot dir sobre aquesta novel.la és que no necessita cap pròleg: és un artefacte narratiu que es basta a siu mateix, i davant el qual el lector no cal que recorri a cap crossa externa».

Y un año después, en el marco de la exposición «Elogi de la taula. Menorca ciclòpia» participó en la presentación, en el Claustre del Carme de Maó, del libro «Records de moments pintats», de Josep Guinovart, una obra creada durante el invierno de 2003 en Menorca con fotografías de taules y canteras, con una posterior intervención con gouache del artista.

«La dansa dels dies»

La última actividad en la que intervino Àlex Susanna en Menorca tuvo lugar en mayo pasado. Consistió en la presentación de su último libro «La dansa dels dies» en el Ateneu con Josep Maria Quintana, Maite Salord y Carles Jiménez. Es un dietario que arranca en febrero de 2022, con la muerte de Joan Margarit, y se cierra el febrero de 2023 con la invasión rusa de Ucrania.

Entevistado por el diario MENORCA, describe su relación con la Isla: «El libro ‘El món en suspens’, de 2022, que es el dietario de la pandemia y el confinamiento, lo dediqué a una persona que fue uno de mis mejores amigos, Emili de Balanzó, y a dos pintores amigos relacionados con Menorca que murieron aquel mismo año: Josep Serra Llimona, con casa en Fornells, y Simó Busom. En ‘La dansa dels dies’ hay conversaciones con Josep Maria Quintana y Ponç Pons, y está dedicado a dos personas que aparecen mucho en el decurso de mis dietarios, que son el poeta Feliu Formosa y el historiador de arte J.F. Ivars. Aquel año alquilé un velero y dimos la vuelta a la Isla. Navegando, leí el libro ‘Venecia. El león, la ciudad y el agua’ del escritor neerlandés con casa en Menorca Cees Noteboom. Compagino alguna nota del paisaje sobre el puerto de Maó con la lectura de su libro, que es formidable, sobre Venecia. Me hace gracia estar leyendo en alta mar lo que Noteboom había escrito en su casa de Sant Lluís».

La enfermedad que, imparable, segaba cada día más en la vida de Àlex Susanna, que se transformaba en un día menos, impidió que pudiera intervenir, como era su deseo, en la presentación del libro «Xerrar boig», que reúne un centenar de artículos de Emili de Balanzó, recopilados por sus hermanos Enric y Xavier. No pudo, Àlex, volver a esta Isla donde tanto aprendió, y a la que tanto dio, pero le dio tiempo a escribir el prólogo de una obra que une, para siempre, a quienes fueron amados amigos, Àlex y Emili. A pesar de no haber nacido en esta tierra párvula que tanto quisieron y por la que tanto se esforzaron, ambos ejercieron siempre como menorquines.