Imagen del espectacular efecto conseguido a través de la proyección con una caja de luz. | DANIEL SCHÄFER

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La exposición «El jardín de las delicias», de la catalana Anna Rierola, se ha convertido en una de las sensaciones artísticas de la temporada. Buena prueba de ello es que en dos meses de exhibición ha rebasado los 20.000 visitantes tras su clausura. Todo un logro para un espacio cultural como el Espai Sant Josep de Ciutadella, más aún tratándose de una muestra cuya propuesta era de una única pieza de grandes dimensiones.

Estamos ante una impactante propuesta por su tamaño (6 x 4,5 metros) e innovadora por sus características técnicas, ya que está compuesta por centenares de imágenes científicas del campo de la biomedicina que estudian con el microscopio diferentes episodios y estados vitales.

La pieza, inspirada en la conocida obra pictórica de El Bosco, estaba llamada a complementarse en agosto con la segunda entrega de una trilogía, que con la misma técnica representaba, tras el paraíso, el infierno, pero no pudo llevarse a cabo por problemas técnicos. La artista tiene la esperanza de poder exhibirla el próximo verano.