¿Cuáles son las características de su libro «La Guerra Civil. Una historia total»?
—Hace 6 años publiqué el libro «La Guerra Civil. Los libros que nos la contaron», estudié a fondo la bibliografía de la Guerra Civil y llegué a unas pocas pero significativas conclusiones. Me di cuenta que solo un 10 por ciento se dedican a aspectos militares y yo soy historiador militar, quería tratar la guerra como lo que es, antes de civil fue una guerra y yo quería estudiar lo que pasó entre el 18 de julio de 1936 y el 1 de abril de 1939, sin entrar en componendas políticas, ni de los antecedentes ni de los consecuentes, me centré solo en la guerra y quise que fuera divulgativo, para el lector sin ideas o con ideas preconcebidas, que a veces hacen mucho daño, quería que se leyera el libro como si fuera una guerra lejana.
¿Cómo era España cuando estalló el conflicto bélico?
—En el libro hago una foto del país del 1 de enero de 1936, cómo era la sociedad española, cuantos habitantes había, eran unos 25 millones, muestro la radiografía económica del país con un 50 por ciento trabajaba en el campo y solo un 25 por ciento en la industria, todos los indicadores señalan que era un país pobre, en vías de industrialización, había un 45 por ciento de analfabetismo, un sindicalismo muy numeroso sobre todo de socialistas y anarquistas, UGT tenía casi 1,5 millones de afiliados y la CNT, los anarquistas, un caso único en el mundo, tenía 1 millón de afiliados. Eso nos habla que las condiciones económicas eran duras, el pueblo estaba sufriendo escaseces. En cualquier caso, yo dejo los datos ahí, no saco conclusiones y que las saque el lector.
¿Cuáles son las claves de la guerra?
—Prácticamente la mitad del libro es sobre el 18 de julio, como fecha simbólica, para mí están contenidas todas la claves de la Guerra Civil, cómo se parte el país, hay una tendencia a pensar que fue el ejército que se subleva contra el pueblo y los datos no nos hablan de eso, primero porque no hubiera habido guerra, hubiera habido un golpe de Estado. El ejército se fractura, pero es que la sociedad se fractura mucho, la violencia ejercida en los dos bandos es tremenda, se mezclan odios ideológicos con odios de un pueblo contra otro.
¿Quiénes fueron los enemigos de la República?
—La República tuvo dos enemigos desde el primer momento y se le fueron añadiendo más. Se suele identificar república con izquierda, lo que es un error, porque el primer enemigo de la II República es el movimiento anarquista, no hay año de la República que no haya una sublevación, no solo la de 1934 con un gobierno de derechas, en que los anarquistas estén torpedeando el régimen republicano, incluso cuando está gobernada por la izquierda; y por la derecha un pequeño grupo de monárquicos que el 1932 da con el general Sanjurjo un golpe de Estado. En febrero de 1936 lees las proclamas que lanzan los líderes políticos y son espeluznantes, van desde Falange de José Antonio, que dijo que si las urnas no les eran favorables, las destruirían, y en el otro extremo UGT de Largo Caballero que decía que si no ganaba las elecciones, habría que ir a la guerra civil declarada. Este era el panorama de la campaña electoral, con unos mensajes que calan en la sociedad y en un país que tiene mimbres para enfrentarse, y si además los políticos echan leña al fuego...
¿Y el responsable de la guerra?
—Obviamente tiene más responsabilidades el que se subleva, pero el caldo de cultivo estaba ahí. Un gran historiador y filósofo que vivió y sufrió las consecuencias de la guerra, Julián Marías, decía que el país había perdido las ganas de convivir, media España no solo quería anular a la otra media, quería exterminarla y eso es tremendo.
¿Qué conclusiones saca de la Guerra Civil?
—Saco unas conclusiones que se parecen mucho a las de Vicente Rojo, jefe del Estado Mayor de la República, que expone en su libro «Alerta los pueblos», que además de la autocrítica parecen una alabanza a Franco, por la conducción que este hizo de la guerra. En mi libro digo que el autor no es que se congratule con el triunfo de uno, no soy franquista, pero las conclusiones son estas y digo que se parecen mucho a las que en 1940 escribió Rojo. En cualquier caso, no se puede aplicar solo una conclusión a quien ganó y quien perdió, una guerra es un fenómeno muy complejo, y la Guerra Civil lo fue.
¿Cuál es su opinión sobre la Ley de Memoria Democrática?
—No soy historiador de profesión, soy economista, pero llevo 20 años dedicado a la investigación histórica. En la política hay unas arenas movedizas de las que hay que tener cuidado, como ciudadano tengo mi opinión al respecto, también como historiador. Lo que hacemos con las leyes en España es repetir el patrón de Guerra Civil, gracias a Dios sin armas, pones una ley sobre la mesa y estás conmigo o contra mí, te gusta la ley o la denostas. La ley tiene cosas buenas, empezando por el apoyo a la recuperación de los cadáveres sin identificar, me parece una cosa de justicia humana y que no comprendo que haya gente que se niegue. Lo que me parece una inmoralidad es que después de casi 100 años de la guerra los españoles no sepamos a ciencia cierta cuántos muertos produjo la guerra, a mí eso me remueve, si la ley añadiera un proyecto común, sugestivo que abrazara todo el país y dijera vamos a contar los muertos, olvidemos el color que tenían, todos son nuestros antepasados y luego vamos a recordarles con respeto a todos. Cada vez que sale el tema con la ley se politiza, solo se quiere contar los muertos de un lado.
¿Cuál es su reflexión final sobre todo este asunto?
—La España que tenemos hoy se debe gracias al sacrificio que hicieron los muertos de la Guerra Civil, luego está el franquismo, la Transición, pero la guerra es un punto de partida donde tenemos que llegar a acuerdos para sanar la conciencia colectiva. Y lo principal es contar los muertos de ambos lados y respetarlos por igual.
10 comentarios
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Un intelectual que ha fet una gran feina,investigador objetiu. I per aqui algún sectari,com sempre.
Bep BoNo, si t'has incluit molt encertadament, però lo dit, ralla per tu i singularitza que vas molt bé i repetiu tant com vulguis però sempre en primera persona des singular i des plural, i sempre et pots posar davant, davant, que en aquest sentit i tractant-se de sa matèria que es tracta mai et faràs prou justícia campió.
Bep BoBonu Bep! Tranquil... Jo m'he inclòs per no fer és lleig, però si vols t'ho podria repetir amb segona persona d'es singular i es plural.
MazingerNo t'exaltis, generalitzis, ni pluralitzis. I no rallis per ets altres, ralla per tu, en singular en tot cas i exclusivament per tu.
AbelVist lo vist que som més tontos que els altres és innegable.
Efectivamente, en estos momentos en que la izquierda habla tanto de “memoria histórica” olvidando a buena parte de las víctimas, es muy oportuno recordar a los cientos de inocentes que fueron asesinados en Menorca por criminales del Frente Popular sólo por sus convicciones políticas o creencias religiosas en el Ayuntamiento de Ferrerías, la Mola, Barco Prisión Atlante, Cala Figuera, Cementerios de Villa Carlos y Mahón, cuesta de Ferrerías, Plaza del Borne de Ciutadella y otros lugares carreteras y campos de Menorca. Y también a otros miles de menorquines que fueron víctimas de la represión del Frente Popular en Menorca, encarcelados en los barcos prisión Atlante, Aragón y Verdaguer e inmuebles convertidos en cárceles, encuadrados en batallones disciplinarios o deportados a campos de concentración de la Península.
Pero que se piensa que se saben al 100% los muertos de otras muchas guerras más recientes; 2ª guerra mundial, Corea, Vietnam,... las guerras es lo que tienen, dejan un poco de lado la estadística y se dedican los esfuerzos a matarse unos a otros, que para eso se inventaron desde que el hombre es hombre. A ver si resultara que aquí somos más tontos que los demás.
Lo que es inmoral es que, con los adelantos de hoy en día, no sepamos, realmente, cuantas personas han muerto por la Covid19. Revolvemos cosas que no deberían revolver y nos olvidamos de la historia reciente. Como los más de 300 casos sin revolver de ETA, esto también es inmoral. Igual que presentar 44 condenados por terrorismo en las listas de Bildu-eta, 7 de ellos con delitos de sangre!!!!!!!!! Y estos son los que han apoyado al Gobierno en este bodrio de ley de la vivienda!!!.
“… el país había perdido las ganas de convivir, media España no solo quería anular a la otra media, quería exterminarla y eso es tremendo.“ Quien olvida su historia está condenado a repetirla…. Así pues….Sensatez y mesura a la hora de comentar…
Lo que es inmoral es que cien años después de la guerra, aún se remueva la mierda , cuanto más se remueve más huele, tanto de un bando como de otro se debería ya pasar pagina y luchar por hacer grande el país y dejar atrás un episodio triste de la vida de nuestros antepasados y procurar que nunca mas se repita.