Una joya de Norteamérica
Juan Crespí está orgulloso de este Chrysler 75 de 1929 que su padre restauró durante siete años.
Un clásico por el que no pasan los años
Jaume Crepí nos enseña este elegante y robusto Ford A de 1929 que parece salido de fábrica a pesar llevar rodando 75 años.
Rolls-Royce, nada más
Francisco Javier Vidal es el propietario de esta berlina de superlujo que adquirió hace 20 años.
El lujo y la clase de un deportivo
Este modelo descapotable Mercedes-Benz 190 SL, de 1957, lo restauró Antonio Rotger para el disfrute de su hija Marga.
Ford A de 1929
Vista general de coche con Jaume Crespí al volante. El vehículo mantiene todo su encanto a pesar de los 75 años que lleva rodando por las carreteras.
Chrysler 75
Juan Crespí, el volante de esta magnífica berlina de 1929 restaurada por su padre Antonio.
Renault Frégate, un lujo
El coleccionista Pedro Guasp adquirió esta berlina de los años 50 hace tres décadas.
Un vehículo en extinción
Antonio Rotger es el propietario de este Graham Paige americano del que quedan ya muy pocos.
Nash, una marca olvidada
Muy pocos conocen esta marca ya que dejó de fabricar vehículos hace 40 años. En concreto, este modelo es un coche americano de 1928.
Un fórmula de 1926
Modelo Chevrolet Internacional, alcanza una velocidad de 120 kilómetros hora.
Renault Frégate
Imagen majestuosa del Renault Frégate.
El Peugeot 203 de 1959, una de las joyas de la marca francesa
Francisco Terrasa es el propietario de este bonito Peugeot 203, de 1959, que llegó a sus manos en el año 2007 después de aterrizar en la Isla procedente de Suiza.
Triumph TR4 AIRS del 1967, un inglés con clase
Este Triumph TR4 AIRS es un modelo de 1967 de 2200 cc y 110 CV de potencia. Pesa casi una tonelada y alcanza una velocidad máxima de 178 km/h. Juan Morey es su actual propietario después de comprarlo en diciembre de 2010 a un coleccionista de Sagunto.
Antonio Cruz, dueño de un coche único en su especie
Lo vio por internet mientras estaba en un viaje de negocios en Cuba. El coche estaba en Niza y hasta allí se fue a por él.
Citroën 11-B, el primero de su clase
María Antonia Mas es la propietaria de este magnífico Citroën 11-B de 1954 que se encuentra en perfecto estado y que adquirió en 2009 en Pamplona.
Pedro Mas, propietario de una joya de los años 20
Pedro Mas es el flamante propietario de un Citroën 5 Cabriolet de 1924, un vehículo que perteneció a su suegro, Antonio Oliver, que lo tuvo hasta su muerte pasando luego a las manos de Pedro.
José Albero, un orgulloso propietario
José Albero es el presidente del Club Escarabajos de Mallorca y un enamorado de los vehículos de la marca alemana. Entre sus posesiones figura una furgoneta T-1 Split del año 1959.
María Antonia Mas, con su imponente vehículo.
María Antonia Mas, con su imponente vehículo.
Jaume y Pep Palmer, enamorados del Mobylette
Jaume y Pep Palmer son dos hermanos de 48 y 54 años que descubrieron hace casi dos décadas el amor por el Mobylette.
La historia de ‘Tomasito'
Tomás, un mestre d’aixa, compró en noviembre de 1964 este Seat 800 de cuatro puertas, un modelo que apenas se fabricó durante tres años y del que salieron sólo unos miles de unidades, dada su complejidad, ya que se trataba de la versión sedán del 600 con 188 milímetros más largo y un motor de 797 cc.
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