María Antonia Mas, con su imponente vehículo. | M. À. Cañellas

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María Antonia Mas es la propietaria de este magnífico Citroën 11-B de 1954 que se encuentra en perfecto estado y que adquirió en 2009 en Pamplona. En Francia se denominaba Citroën Traction Avant y marcó un antes y un después en la producción automovilística.

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Considerado por muchos especialistas como el primer coche europeo de la industria moderna, lo cierto es que el modelo supuso un gran reconocimiento para André Citroën, pero también un descalabro económico para su empresa. La situación tras la crisis de 1929 era trágica, pero Citroën no escatimó en presupuesto para su nuevo modelo.

En su diseño y desarrollo mecánico se invirtió tanto que Citroën estuvo a punto de quebrar y cerrar sus puertas; la salvación llegó de la mano de Michelin, la marca de neumáticos, que se hizo con el 66 % de Citroën en 1936. Este vehículo monta un motor de cuatro cilindros con 1.911 cc, 36 Cv, alcanzaba una velocidad superior a los cien kilómetros por hora. Muchas de sus características, como la carrocería autoportante, la tracción delantera y la suspensión independiente mediante barras de torsión se siguen utilizando hoy en día. Entró en la historia el 25 de julio de 1957, tras haberse fabricado 759.123 unidades de diversas versiones a lo largo de 23 años. El general Charles de Gaulle utilizaba uno de estos para sus viajes.