Fernando y Júlia Rita posan para este diario. Nunca antes una familia menorquina ostentó dos miembros olímpicos | Gemma Andreu

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Hay familias en que la tradición sobresale como una máxima insobornable para navegar en la aventura de la vida. Significativo paradigma al respecto lo escenifica la familia Rita, uno de los linajes de referencia de la vela insular.

Desde Pelegrí Rita, pionero en acreditar la capacidad menorquina más allá de nuestras orillas en los ya lejanos 50', pasando por su hijo Fernando, uno de los poquísimos deportistas olímpicos –partícipe en Barcelona '92– que ha proyectado nuestra Roqueta, o centrándonos en la hija de este, Júlia, el radiante presente, y que prepara su asalto a los Juegos de Río '2016, tras ser reclutada, de momento como tripulante reserva, por el doble medallista Iker Martínez para participar en la nueva clase mixta nacra 17.

Los Juegos Olímpicos, la mayor y más impactante concentración deportiva mundial, convertidos en una suerte de dogma de fe para una familia que, de materializar Júlia participación en Brasil, se convertirá en la primera de Menorca en ostentar dos miembros con presencia olímpica.

Júlia Rita, una de las mejores triatletas de Balears, nunca ha dejado de lado la navegación, materia que porta en su ADN, a través de la cual inició en su niñez su idilio con el deporte y que está cerca de garantizarle un hueco de privilegio en el libro de oro del deporte insular. Los Rita, una estirpe sin precedentes.

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