La selección nigeriana reabrió este viernes las opciones de clasificación de la escuadra argentina, su última adversaria en la fase de grupos del Mundial de Rusia, con su victoria (2-0) ante el combinado de Islandia en el Arena Volgogrado.
Era un partido para que cualquiera de las dos escuadras refrendase su deseo de comparecer en los octavos de final del certamen, una meta deseada por ambas pero solo exigida a las selecciones de Croacia y Argentina.
El pleno del equipo europeo en las dos primeras jornadas le permitió adueñarse ya de una plaza. Para la restante se postulan tres candidatas: la Albiceleste, pese a todas sus dudas; las Súper Águilas, como premio a su valentía; y los vikingos, por ser capaces de desafiar con la ilusión de las 330.000 personas que habitan la isla norteña a combinados con mayor tradición en el fútbol.
Los pupilos de Heimir Hallgrimsson retrocedieron, sin embargo, en su camino a octavos de final al ceder, por 2-0, ante la selección africana, más ambiciosa y certera en la segunda mitad.
En la primera acusó su inocencia en las dos aéreas: en la rival le faltó voracidad -en los primeros 45 minutos no contabilizó ningún tiro a puerta- y en la propia contundencia para replicar a los continuos centros laterales del conjunto islandés, que a menudo fía su suerte al contraataque y a la estrategia.
Son sus dos principales armas y así exigió al joven portero del Fabril, Francis Uzoho. Primero, con una falta de Gylfi Sigurdsson; después, con un remate de Alfred Finnbogason; ya en el tiempo añadido del primer periodo, con un último intento de Jon Bödvarsson.
Nigeria abandonó, sin embargo, su ingenuidad tras la pausa y se decidió a atacar los espacios en un voraz contragolpe que terminó con la asistencia de Victor Moses a Ahmed Musa.
El habilidoso atacante de las Super Águilas punteó el balón para domarlo y remachó a Hannes Halldorsson.
De esa acción, en el minuto 49, salió malparado Ragnar Sigurdsson, con una brecha en la cabeza.
Con el orgullo doblemente herido, el '6' vikingo resistió hasta el minuto 65, cuando Heimir Hallgrimsson debió rehacer su defensa con la entrada de Sverrir Ingason.
Ahmed Musa, otra vez, redobló la sangría con su segundo tanto del día, pero el joven plantel que dirige el técnico alemán Gernot Röhr tuvo poco tiempo para recrearse en su renta.
Una inocente falta de Tyronne Ebuehi sobre Alfred Finnbogason se tradujo en penalti por videoasistencia. Gylfi Sigurdsson, inusualmente errático con el pie, no acertó ante la gigantesca figura de Francis Uzoho. Su disparo no encontró portería.
El definitivo 2-0 fue celebrado en Bronnitsy, sede de la delegación argentina. Leo Messi y los suyos no lo ven todo perdido.
Llegarán al duelo ante Nigeria con opciones de pisar los octavos de final del certamen. Con solo un punto, la Albiceleste necesita ganar y esperar que, en un hipotético empate con Islandia -rival de Croacia-, le favorezca el balance. Los equipos argentino e islandés suman un punto; el nigeriano, tres.
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