En un secuencia memorable, historia viva del deporte y del olimpismo, Zinedine Zidane, el tenista mallorquín Rafael Nadal, Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis se pasaron la antorcha olímpica camino del pebetero de los Juegos de París. Entre gritos de 'Zizou', 'Zizou', la leyenda del fútbol francés apareció en el estadio del Trocadero, sede del final de fiesta, y entregó el fuego sagrado del olimpismo al de Manacor, que avanzó hacia el río Sena y tomó allí una barca. En ella le esperaban la tenista estadounidense Serena Williams, la gimnasta rumana Nadia Comaneci y el atleta norteamericano Carl Lewis.
Nadal, gran protagonista del final de la ceremonia de inauguración de los Juegos de París
En un secuencia memorable, historia viva del deporte y del olimpismo, Zinedine Zidane, el tenista mallorquín Rafael Nadal, Serena Williams, Nadia Comaneci y Carl Lewis se pasaron la antorcha olímpica camino del pebetero
También en Deportes
- Un excursionista belga aparece muerto en el Camí de Cavalls
- Ciutadella, Ferreries y Es Mercadal se llevan un pellizco de la Lotería de Navidad
- Un detenido por apuñalar con unas tijeras a un hombre tras una discusión de tráfico en Maó
- Así hemos contado el Sorteo de la Lotería de Navidad
- La reacción de los loteros de Es Pins al enterarse que les ha tocado el cuarto premio
20 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
Luís Salom S. POTe recomiendo Duphalac
sí, claroSí, tienes razón, también coincido contigo. Un saludo.
Veo que los de siempre, los del Farsa y MESeros están estreñidos, os hace falta una lavativa
Ya lo ponen con los jubilados y ese pantalón es lo mas estilo pepero con los rodapiés en la cabeza
Ramón GarcíaMuy bien descrito, difiero en el tema Israel y Rusia, hay muchos más paises y de todos los colores que se saltan los derechos humanos pero a mí, me encantó ver a sus deportistas en la foto junto como bien comentas con refugiados, lgtbi, etc etc, somos más, muchos más. Bravo por Francia.
Rafael Nadal. El millor embaixador d’Arabia Saudí. Juntament amb Israel, dues de les vergonyes de la cerimònia.
El espíritu deportivo de antaño hoy brilla por su ausencia. Los atletas de la antigua Grecia encarnavan valores y espíritu mucho más creíble que estos y francamente el.señor Nadal vendiéndose por dinero a los árabes lo confirma. Por otro lado cuando se celebran los juegos las guerras se paraban.
Sé que m'arrisc a ésser titllat d'ingenu, però em deman que si hi ha persones capaces de dissenyar i executar una cerimònia inaugural tan bella, vistosa i entranyable com la d'ahir a París, per què n'hi ha que promoven guerres, odi i violència enlloc de lluitar per un món més just, més solidari i més unit, tal com és l'esperit fundacional dels jocs olímpics?
És lamentable veure com Rafael Nadal, un esportista admirat per molts, s’ha convertit en ambaixador d’Aràbia Saudita, un país que constantment viola els drets humans, assassina dissidents i no respecta les llibertats fonamentals. La seva participació en la promoció d’aquest règim repressiu és una clara mostra de la seva manca de principis i valors morals. Aquells que donen suport a Nadal en aquesta hipocresia són igualment còmplices i mereixen tot el nostre menyspreu. No podem seguir admirant persones que només es preocupen pels seus interessos econòmics i que giren l’esquena a les injustícies més flagrants. La seva presència en esdeveniments promocionals d’un país amb un historial tan fosc ens hauria de fer reflexionar sobre qui són els nostres referents i què estem disposats a tolerar en nom de la fama i els diners. Som olímpics, sí, però també som éssers humans amb consciència, i no podem oblidar la nostra responsabilitat de defensar els drets humans i condemnar les injustícies, vingui d’on vingui.
Solo la presencia de Israel, muy pitada por el público, empaña este momento histórico social y deportivo. Si Rusia está vetada, no se entiende que Israel, con un gobierno ultraderechista que acumula el triple de asesinatos en la espalda que Putin, esté en los Juegos como si nada. Escuchar "Imagine" de John Lennon no es coherente ni compatible con semejante hipocresía.