Pero que servirá también de test para un Nadal que este viernes entrenó sobre ese mismo polvo de ladrillo, protegiendo su muslo derecho con un vendaje y planteando batalla al otro doble español (Carreño-Granollers). Tras descansar el jueves por "descanso" por la carga de trabajo y horas en pista después de su participación en Bastad -finalista individual y semmifinalista en dobles-, la vuelta al trabajo calmó los ánimos, pero los interrogantes siguen en el aire.
Porque todo apunta a que las sensaciones en pista de Nadal marcarán su destino en el cuadro individual. Allí le espera en primera ronda el húngaro Marton Fucsovics; y salvo campanada, en segunda nada menos que Novak Djokovic, en su última intentona por colgarse el oro olímpico. De momento, lo único asegurado es que Nadal y Alcaraz saltarán a la Philippe Chatrier este sábado (no antes de las 19 horas, La 1 y Eurosport) para vérselas con los argentinos González y Molteni. A buen seguro que una prueba de fuerza para las molestias en el aductor del balear, que puede que en función de sus sensaciones en pista, valore su concurso en el cuadro individual o bien mantenga su idea de doblar en París 2024.
Sea como sea, los Juegos se preparan para su primer gran momento. El partido más esperado, deseado y mediático del primer día de competición en París 2024. Y una cita clave para saber qué opciones tiene Nadal en su cuarta participación y cómo responde la pareja de moda: 'Nadalcaraz'. Las palabras del entrenador del balear, Carlos Moyà, poniendo en duda su concurso en el cuadro individual, han agrandado los interrogantes, pero la vuelta a las pistas de Nadal ha servido de bálsamo para mirar al horizonte con mayor optimismo que en la jornada del jueves, cuando saltaron todas las alarmas al cancelar sus dos entrenamientos.
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Pobre Alcaraz le han enchufado un jubilado