«Según se refleja en el acta hubo un incidente que se podría calificar de acto racista y se ha abierto una investigación y un expediente para pedir información a la dos partes. A partir de aquí el Comité dictará una resolución y ya nos hemos comunicado estos días con Antiviolencia del Govern para tomar las medidas que sean oportunas», ha explicado el presidente de la FFIB, Pep Sansó, que lamenta y «condena» el incidente vivido en Maria de la Salut como un reflejo de la sociedad y no sólo un problema exclusivo de los terrenos de juego o las gradas de los campos de fútbol.
«Tenemos un problema de fondo grave a nivel de sociedad, que precisamente tiene como una de sus virtudes la diversidad y el fútbol es capaz de juntar gente de todo tipo. El fútbol es uno de los agentes integradores más importantes que hay, pero también existe gente intolerante y todos los que tenemos un puesto de responsabilidad tenemos que implicarnos y no ponernos de perfil», razona el dirigente, que ve imprescindible actuar aunque los casos sean aislados.
«Si sacamos un porcentaje de los casos de racismos entre los 25.000 partidos de cada año será muy bajo y no se podría tener en cuenta en un estudio, pero no por ello tenemos que dejar de luchar con todas nuestras fuerzas. Son problemas de la sociedad y que vemos casi a diario en las noticias, nos estamos volviendo intolerantes y tenemos que ser capaces de tomar medidas muy contundentes al reaccionar, pero, sobre todo, quiero insistir en el trabajo preventivo», ha argumentado Pep Sansó, que reclama el respaldo de las «instituciones» porque advierte que la principal labora es «a nivel de educación para apartar la intolerancia».
El presidente de la FFIB, que ha expresado su apoyo a la iniciativa de ses Salines de abandonar el campo ante una situación de este ámbito, destaca que existe un protocolo de actuación contra el racismo como el que se aplica en el caso de los insultos y apunta al valor que tienen «las reacciones en directo» para ofrecer una respuesta a la altura. En el caso de la territorial tienen «potestad a nivel disciplinario con cualquiera que tenga licencia o con un club». «Si hay incidentes de público se tienen que sancionar, pero en el caso de que sea una persona ya es un tema de las fuerzas de seguridad», apunta Pep Sansó.
13 comentarios
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Que no es racismo, pesados. Que se trata de tocar las narices. Y cuánto más se queje, más se lo van a hacer. No os dais cuenta? 🤦🏻♂️
Aquest rollo del racisme al futbol "no cuela". hi ha jugadors negres blancs grocs o cafèmabllet a tots els equips. així com hi ha aficionats capsdefava a tots els equips. en vinicius aquest no ajuda precisament a la cordialitat. menys hipocrasia.
MallorcaisnotCatalonia😳 pero si en Vinicius te mes doblers que tots els que miraran aquest comentari junts.
... es clasismo, no racismo. Bienvenidos los arabes, fuera los moros. La palabra forraster mallorquina, charnego en Cataluña, etc siempre se refiere a gente de afuera que viene a trabajar ... nadie pone limites a los ricos. El dinero limpia el color de la piel y la religion.
Som i SeremTotalment d´acord. El racisme forma part de Espanya. Independentistes i terroristes al govern fomentant el racisme intern de un pais. I despres, amb crisis, sempre els d´fora son els culpables.... que si Madrid, que si els sudacas, que si els africans ...
No es un problema de racisme, es un problema d'educació general. Es mateixos que insulten en Vinicius aplaudeixen es jugadors negres des seu equip. No importa ser molt viu per veure això, però are s'ha posat de moda dir que és un problema de racisme i tots com a menets a copiar es discurs!!!
Lo que no entiendo es tanto escándalo por un insulto racista y nada cuando se dice HDP para arriba. Tan insulto es uno como el otro . Pero aquí solo se levanta la voz cuando se trata de racismo. Es que tenemos insultos de 1°y de 2°categoria según quien los reciba
Basta veure el resultat de les eleccions
Ud evite alcohol en los campos, ese si es su deber.
Sr. Sanso, el principal problema no es el racismo: es la desigualdad en el trato que se da a los diferentes casos de insultos racistas o xenófobos. Mientras se han detenido a quienes insultaron a Vinicius o que colgaron un muñeco con el nombre del madridista, muchos magrebies o subsaharianos que trabajan en la construcción, en la jardinería o repartiendo paquetes en una empresa de mensajería y que los fines de semana juegan al fútbol en equipos de aficionados también reciben insultos y en pocos casos, por no decir ninguno, los autores no tendran que acudir ni siquiera a declarar delante de un juez.