La UD Mahón celebró en la tarde-noche de ayer, entre los muros de un concurrido Teatre Principal de Maó, el acto central de los fastos conmemorativos de su centenario. Fue un acontecimiento solemne, emotivo, que contó con presencia institucional (la presidenta de Menorca, Susana Mora, el alcalde de la ciudad, Héctor Pons y el concejal de Deportes, Carlos Montes) y también de las autoridades deportivas, entre las que destacaron el flamante presidente del fútbol balear, Pep Sansó, y su homónimo de la JIM, Virgili Juaneda, además de, lógicamente, numerosas personalidades, de hoy y de ayer, relacionadas con el unionismo.
El hilo conductor del acto lo asumió el actual presidente y exjugador de la Unión, Dino Gelabert Petrus. Lo hizo con maestría y propiedad, y aunque acostumbrado, por motivos laborales, a llevar a cabo presentaciones de todo tipo, la de ayer era especial, por lo que no siempre pudo contener una sensibilidad a flor de piel.
Tras agradecer a los presentes su asistencia, Gelabert dio paso a una coral que interpretó el primer himno que tuvo el club, originario de 1925 y obra del que fuera director de la Banda Municipal de Música de Mahón, Bartolomé Mir Pons, a lo que siguió el turno de Paco Perea, versado en temática del fútbol insular e impulsor y alma mater de la Associació Històrica del Futbol Menorquí (AHFM).
Perea presentó un pormenorizado estudio humano y estadístico, la historia del club en nombres y cifras, enfatizando en el valor del palmarés e historial de la UD Mahón, «al alcance de muy pocos equipos en las Illes Balears», entre lo que destacó el recuerdo a los cinco títulos de campeón de Tercera y a los quince cetros de campeón insular, logros que nadie iguala en la Isla.
El tercer capítulo del acto dio paso a un emotivo vídeo, que entremezcló imágenes actuales de canteranos del club unionista con otras históricas e icónicas en la cronología del club, con la voz en ‘off' de un distinguido unionista como Pedro Coll.
Después, Dino Gelabert descubrió la hermosa elástica conmemorativa del centenario unionista, que combina motivos actuales con otros de ancestrales camisetas de la Unión. «Queríamos un estilo vintage que recogiera varias épocas en una», detalló el mandatario. Este año la portarán los equipos de Regional, juvenil y femenino, y para la próxima temporada, todas las categorías del club (personalizadas).
El segundo himno dio contenido a la siguiente acción de la gala, una pieza compuesta por Gumersindo Riera, con música del recordado unionista Deseado Mercadal Bagur, con motivo del 60 aniversario del club, ocurrido en 1982. Terminado el mismo, se rindió un pequeño reconocimiento a la actual directiva del club y de inmediato, uno de los pasajes más emotivos de la velada; el reconocimiento a todos los presidentes que ha tenido el club a lo largo de su centenaria cronología (o a su memoria, en el caso de los fallecidos), lo que, lógicamente, incluyó a los mandatarios de la UD Seislán, el apéndice competitivo que usó el club entre 1975 y 2001 al estar ‘secuestrada' su libertad deportiva en ese entonces. El desfile de dirigentes y familiares de los finados concluyó con una foto multitudinaria, para inmortalizar tan emotivo momento.
Emotiva fue también la intervención de Pep Sansó. El nuevo jefe del fútbol de ‘ses illes' no tuvo reparo alguno en definir a la Unión «como un club muy importante» a nivel balear, y reparó también en el extraordinario componente social que de siempre ha tenido el club alojado en las entrañas de Ses Tanques del Carme.
Tras el dirigente federativo, Héctor Pons, alcalde de Maó, y la primera autoridad insular, Susana Mora, tomaron la palabra, coincidiendo ambos en la importancia de la Unión en lo que ha sido la historia de la ciudad en sus últimas diez décadas, sin omitir sus grandes conquistas deportivas ni la labor social que realiza.
La interpretación del himno creado expresamente para conmemorar el centenario, obra de Marcos Vinodelfín (que puso el Teatre en pie), acompañado de la coral, resultó el broche perfecto para cerrar la velada que evocó los primeros cien años de unionismo.
Rescatamos como uno de los momentos cumbre de la gala (aunque en verdad lo fueron todos) la intervención del glosador mahonés Juanjo Orfila, quien acompañado por la guitarra de Annabel Villalonga, legó composiciones tan certeras, como divertidas y emocionantes.
Orfila, hijo de un acérrimo unionista, quiso agradecer al presidente, Dino Gelabert, que le convocara para formar parte de los fastos del centenario del club gualdiazul, cuando paradójicamente, y a pesar de sus ancestros, «yo siempre he sido rival de la Unión», precisó, lo que en ningún caso fue óbice para conquistar a la platea con sus reminiscencias del unionismo. La grandeza e importancia de la Unión en la sociedad local, su recordada rivalidad con el Menorca o la alusión a nombres de leyenda en la historia del club, como los Finestres, Bustillo, Massanet, Planas y muchos más, como los más recientes Lacueva y David Mas (aunque en el caso del primero, linda pasado con presente, abuelo y nieto) también formaron parte de su registro, que terminó con una bella interpretación de Na Nena, de Ortega Monasterio, y tras lo que Dino Gelabert le hizo entrega de la insignia del club, ante la ovación de los asistentes.
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