El temperamental técnico, aún dolido pero satisfecho | Gemma Andreu

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Cuarenta y ocho horas después del sabor amargo que produjo en el CEAlaior quedarse a un gol del ascenso a Tercera División, el entrenador Julián Calzada aún digiere «el varapalo inicial, después de tenerlo tan sumamente cerca». Reconoce sentirse «anímicamente un poquito mejor», pero también que es persona a la que «cuesta asimilar las derrotas», aunque la perspectiva que genera el paso del tiempo «nos permitirá valorar la gran temporada que realmente hecho hecho».

Calzada no tiene prisa en evaluar el curso y proyectar el futuro, «necesito desbloquear la mente, desconectar y pasar un tiempo con la familia». El técnico estima, en todo caso, que el Son Cladera «fue superior en el global de la eliminatoria. Hubiera preferido perder por un 5-0, pero ha sido por un gol. Una lástima. También es cierto que la eliminatoria sólo puede pasarla quien la disputa. Y eso ha sido producto de los buenos resultados obtenidos durante una temporada muy larga».

El responsable técnico del primer equipo de Los Pinos apunta que el gran objetivo se fijó «a medida que subíamos un nuevo peldaño. Primero la Copa, luego la Liga, una eliminatoria...». Al final, quedarse a las puertas supone «un duro golpe. Pasa en el fútbol profesional, como para que no suceda también en el aficionado».

El técnico de origen madrileño solicitó a la junta directiva un compás de espera antes de reunirse para valorar el curso y proponer un planteamiento de futuro. El encuentro será el viernes.

Julián Calzada, que ha cumplido su tercera temporada al frente de la plantilla de Regional, reconoce que «no será difícil seguir en el proyecto» si la entidad que preside Antoni Alzina «mantiene la misma filosofía que nos ha permitido mantener una progresión cada año. ¿Por qué no continuar en un proyecto que ha funcionado?».

Calzada destaca que estar al frente de un vestaurio «formado mayoritariamente por gente de la casa es un orgullo y un referente para todo el entramada del fútbol base, que sigue una misma línea y se identifica con el club».

El discurso desde la junta directiva, que se reunió el lunes por la noche, va en el mismo sentido. «Estamos muy orgullosos de la temporada. Por el equipo, los entrenadores, la afición. Ha sido una fiesta todo el año y hasta el último minuto hemos tenido una oportunidad para ascender», reflexiona el portavoz Quique Moll.

«El objetivo este año era competir y nos ha llevado a ganar la liga, la copa, pasar una eliminatoria y quedarnos a un gol de eliminar al Son Cladera, que hay que reconocer que ha sido superior», admite.

En cuanto a la figura de Julián Calzada, «es un tema que hemos tenido claro siempre. Al margen de la categoría, hace tiempo que decidimos que es el entrenador que queremos. Aún debemos sentarnos, intercambiar impresiones, pero confiamos y nos ilusiona que continúe con nosotros».