Imagen de archivo de un partido de baloncesto de categoría cadete que no se corresponde con el disputado este domingo en el Pavelló Tomeu Ferragut de Palma. | ARCHIVO

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¿Cuál es la forma adecuada de respetar a un rival en una victoria abultada? El debate es recurrente cada temporada en las categorías de formación de cualquier deporte cuando se produce un marcador aplastante y este domingo ha vuelto a ponerse sobre la mesa después de que un partido de baloncesto de equipos cadetes acabara 163-2 ¿Sirve a los ganadores apuntarse a un encuentro por 161 puntos de ventaja? ¿Debe un entrenador exigirle a sus jugadores que bajen el nivel? ¿Cómo afecta al equipo que pierde una situación de estas características? Cada uno tendrá su opinión al respecto y en la mano de los educadores está buscar la respuesta más edificante para todos una vez que los organizadores de las competiciones se encargan de marcar reglas que impidan resultados tan amplios.

La publicación en las redes sociales del resultado del partido de la primera jornada del grupo 7 en la categoría cadete masculino Preferente ha colocado el foco en la idoneidad de que se produzca un resultado de 163-2. La victoria del Sant Josep Amarillo sobre el SCD Hispania B sobre el Chapiauto Balear por 161 tantos carga de interrogantes cómo tienen que proceder todas las partes en el encuentro. Mientras algunos prefieren que el conjunto superior mantenga su máxima intensidad para respetar el juego y a su rival, otros consideran inapropiado que el equipo que va ganando por tanto siga apretando.

En las categorías de los más pequeños la Federació de Bàsquet de les Illes Balears ha promovido que se cerrara el marcador cuando se alcanza una determinada distancia entre los dos equipos, pero en la categoría cadete se han publicado los resultados tal como se producen en los partidos. Además del 163-2 entre el Sant Josep y el Hispania, en el mismo grupo en la primera jornada también se ha producido el triunfo por 16-128 del Santa Mónica al Esporles BC Groc B que invita a la reflexión.