Llull, en un momento del partido. | EMILIO COBOS

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El Barcelona recuperó el factor cancha en el primer partido de la eliminatoria final por el título de liga, al imponerse en el Palacio de Deportes por 93-98 a un Real Madrid que jugó con fuego durante todo el encuentro y que acabó quemándose. Sergio Llull acabó con 12 puntos.

El Real Madrid volvió a comenzar de aquella manera, con un 0-7 en poco más de un minuto y con un dejar de hacer en defensa preocupante. Laso no tuvo más remedio que pedir el primer tiempo muerto a los 3.45 minutos, cuando el marcador reflejaba un preocupante 4-12, producto también de falta de acierto en el lanzamiento de los blancos.

Con el Real Madrid intentando recomponerse (min. 4.11 y 5-12), falló la luz. Hubo diez minutos de parón y se reanudó el juego con la penumbra en ambos aros.

A partir de este momento, el Madrid quiso pero no pudo ante un Barcelona con las ideas más claras y con la puntería mucho más afinada, con Nachbar como el más certero.

Tras el 16-23 con el que finalizó el primer cuarto, llegó el turno de Jaycee Carroll, autor de los siete primeros puntos de su equipo y verdadero revulsivo de un Real Madrid que pareció resurgir, sobre todo cuando en el minuto 12.43 Darden anotaba dos tiros libres y ponía el empate a 27 en el marcador.

Pero el Real Madrid incumplió una de las máximas del baloncesto: que la remontada no culmina hasta que no se pone uno por delante en el marcador. Y el Madrid no lo hizo. Y ocurrió que tres minutos después había aceptado un parcial de 2-12, volviendo el marcador a un inquietante 29-39.

La diferencia máxima que tuvo el Barcelona fue un 31-43 (min.16.20), momento en el que los defensores del título volvieron a aumentar su nivel defensivo y a ir recortando poco a poco la desventaja.

Al descanso se llegó con un 44-48, tras un juego denso, farragoso, trabajado, sin brillantez, en el que cada balón fue importante y en el que el Real Madrid fue a trompicones, liderado por Rudy, Carroll y el 'Chacho' Rodríguez, y siempre por detrás de un Barcelona más lúcido, centrado y efectivo, con Tomic y Nachbar como sus referentes ofensivos.

El Madrid volvió a empatar el partido (55-55, min. 23), con una canasta de Darden, pero volvió a dejar incompleta la remontada y el Barcelona volvió a coger aire en el marcador, 57-62 (min. 24.20). Bourousis volvió a empatar a 62, pero no fue hasta la jugada siguiente cuando el propio Bourousis, ahora con un triple, consiguió la primera ventaja local en el marcador, 65-64.

Tras casi 27 minutos de partido el Real consiguió mandar en el marcador. En la jugada siguiente, una transición rápida culminada por Llull llevó el 67-64 al marcador, momento que aprovechó Xavi Pascual para parar el partido y refrescar las ideas de sus jugadores.

Al Barcelona le comenzaron a temblar las piernas, cuando la ventaja local ascendió a los cinco puntos, 71-66 (min.28), aunque una fugaz zona del Real Madrid fue aprovechada por Marcelinho, muy vigilado durante todo el partido, para tomar el relevo anotador de Nachbar y evitar que el Madrid se marchara peligrosamente en el luminoso.

Al final del tercer cuarto se llegó con un 73-70 que dejó abiertas todas las posibilidades.

Un triple de Oleson devolvió la paridad al marcador (73-73) en el primer minuto del cuarto de la verdad. Laso, que había reservado a Carroll como un as en la manga, sacó al escolta estadounidense, aunque su efectividad no fue tan prominente como en el segundo período.

Con 82-79 y a falta de casi seis minutos, Pascual pidió tiempo muerto porque el Real Madrid estaba comenzando a sentirse cómodo en la pista, algo fatal para los intereses de un Barcelona batallador al que se le estaba agotando los recursos.

Tomic anotó el 82-83, a falta de cuatro minutos y medio, que puso de nuevo por delante al Barcelona, y Sada firmó el 82-85 pocos segundos después.

Cada jugada comenzó a ser una agonía, cada defensa un mundo y cada posesión de balón una posibilidad de victoria. Una auténtica ruleta de la que el Barcelona sacó ventaja, 86-91, a falta de minuto y medio.

Reyes y Navarro. desde el tiro libre, dejaron el marcador en 88-93 y al Real Madrid sin margen de maniobra con apenas 37 segundos de juego por delante.

El Barcelona ganó por 93-98, se apuntó el 0-1 recuperó el factor cancha y pone al Real Madrid entre la espada y la pared, porque jugó con fuego y acabó quemándose.