El Estado, por su parte, ya ha propuesto una nueva y ambiciosa ley que quiere limitar el acceso de los menores al porno pero la pregunta es ¿será suficiente?
La enfermera y sexóloga Liza Schmitz, que imparte charlas, formaciones o talleres a colegios, institutos y entidades que así lo solicitan, advierte de que «siempre es mejor que no hacer nada», pero que las normativas por sí solas, no alcanzarán el objetivo deseado de restringir el acceso de los jóvenes a la pornografía.
Y es que, «la inteligencia artificial (IA) ya está operando de forma autónoma en varias plataformas, sin manipulación humana alguna, si a eso se le suma que las sanciones a los grandes propietarios de la pornografía suponen sólo el 2 o 3 % de su facturación anual... No caigamos en la ilusión de creer poder llegar a controlar el mundo online», señala la experta. ¿Cómo ponerle puertas al campo?
La especialista en sexología indica que la pornografía genera una cadena de acciones de neurotrasmisores en el cerebro adolescente. «Destacaría la dopamina que se activa al ver la imagen, te pone en marcha el sistema de recompensa en respuesta a la anticipación y las expectativas», señala. También habla de «la oxitocina que crea el escape a la realidad y que, junto a la vasopresina, forma una conexión afectuosa entre el recuerdo y la imagen que dio placer sexual a la persona». Liza Schmitz también pone de relieve la testosterona que genera el deseo de consumir más, la noradrenalina que guarda el recuerdo y lo hace permanente y la serotonina que genera calma y reducción del estrés.
La experta señala que la sobreexposición a la pornografía produce efectos a largo plazo que pueden suponer «una disminución de la empatía porque visualizan contenidos donde se perpetúan los estereotipos de género o los abusos». También puede afectar a la autoestima, y señala: «las personas tienden a comparar los cuerpos que visualizan con los suyos, sobretodo a nivel genital».
Schmitz considera que la implantación de las nuevas normativas serán «una medida más, pero no la definitiva». Esta experta aboga por «la implantación de la Educación Sexual Integral (ESI) a nivel curricular desde Infantil, que se extienda a Primaria, Secundaria y Bachillerato como una asignatura obligatoria más». Y señala que es algo que muchos países ya imparten aunque «son pocos los que cuentan con una formación previa al profesorado». Sin embargo con esta formación se pueden «preservar y garantizar los derechos humanos y la dignidad de las personas, acogiendo la diversidad como parte de cada una».
Schmitz insta a las administraciones competentes que destinen más recursos y tiempo «en comprobar que los objetivos declarados en las leyes y las políticas que promueven después se llevan a la práctica, y que no queden estancadas o en la deriva por falta de conocimientos de quienes las llevan a cabo».
4 comentarios
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Igual papi y mami no deberian regalar moviles a niños de 10 años , podian empezar por ahi. Igual papi y mami deberian tener el ordenador en el salon de casa para que lo usen los niños y no en su cuarto. Podria seguir , pero la educacion tiene que venir de casa .
Totalmente de acuerdo: al cole a aprender conceptos y procedimientos. En el cole deben dar matemáticas efectivas y no afectivas. La educación debe darse en casa. No hacerlo en casa es dejación de funciones y deberían multar a los padres que no lo hagan.
Por favor, que fuerte... ya está bien de focalizar todos los problemas en los centros escolares y exonerar a las familias de su absoluta responsabilidad. Quien proporciona acceso a movil, a ordenadores, a fibra optica, a usuarios de redes, etc... son única y exclusivamente los padres y madres. También son quienes deben proporcionar el marco de los valores, hábitos a sus hijos... Si un padre y madre deciden sobreexponer a su hijo con el acceso a dispositivos y contenidos... no se puede después intentar que un centro educativo reconduzca lo que la familia propicia. Cualquier intervención debe ser exclusivamente en el ámbito familiar o comunitario, no escolar. Si por las tardes o fines de semana servicios sociales u otros elementos comunitarios quieren intervenir, adelante, pero no se equivoquen. Los centros escolares no es el lugar. Me parece absolutamente una falta de respeto para las familias que estan haciendo su trabajo y cumpliendo sus obligaciones.. familias que muchas veces son las cuestionadas justamente por esos padres y madres que en su momento regalaban iphones a sus hijos de 10 años... por cierto, algunos de estos padres ahora intentan adoctrinar desde movimientos absolutamente contradictorios a lo que predicaban. Si, alguna madre vemos dando lecciones de "no movil", cuando en su tiempo hacia apologia de que si la play, que si el movil, que si la tele en la habitación del niño, que si le pongo gmail con 12 años y le digo que ponga que ya tienen 16... Y recordar una vez mas que en los centros educativos no esta permitido llevar el movil... si lo tiene y lo llevan será porque salen de casa con el...
Dejen de pasar los problemas a los profesores y que los padres se pongan las pilas la educacion empieza en casa