Azahara y Estefanía, con Derek en brazos. | Pere Bota

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Estefanía lleva tatuada la palabra VIDA en su muñeca, escrita así, en mayúsculas. «El año pasado estuve mala y me lo puse para recordar que sólo hay una. Que hay que darle importancia sólo a lo importante». Lo importante ahora está en sus brazos. Se llama Derek, todavía no tiene una semana y ya se ha hecho famoso por ser el primer bebé de Europa que ha sido gestado en dos vientres diferentes, el de sus madres. Sus nombres son Estefanía y Azahara. Ambas sabían que querían tener un bebé así que, tomada la decisión, buscaron la mejor opción. «En Juaneda nos explicaron el método INVOcell que utiliza el cuerpo humano en vez de un laboratorio para fecundar el óvulo», cuentan. «Nos dijeron que Estefanía llevaría la cápsula cinco días en el cuello uterino y que luego me harían la transferencia a mí», relata Azahara.

Le dieron pocas vueltas, «era una bonita forma de hacer el proceso», recuerdan ahora. «Así yo podía estar más involucrada». Pero el proceso tiene su qué. Primero ¿cómo repartirse los roles? En su caso lo tenían claro. «Yo me había sometido a una reducción de estómago y no sabía si le podría darle los mismos nutrientes al bebé, así que decidimos que sería la donante de óvulo y que lo gestaría», señala Estefanía. Además, Azahara padece la enfermedad de Crohn, de transmisión hereditaria, así que era la mejor opción para que su hijo esquivara esta enfermedad.

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En enero empezaron el tratamiento. Estefanía para estimular la ovulación y Azahara tomó ácido fólico, pastillas para preparar el endometrio y el útero y «me pincharon para regular la regla», pues tenían que acompasar sus ciclos menstruales para preparar la transferencia. El 14 de febrero le sacaron los óvulos a Estefanía y el 19 se hizo el cambio. «Pusimos tres embriones y se fecundó uno. Hoy en día es Derek. Salió todo a la primera, fue único», cuentan.

El método INVOcell se ha practicado antes en una misma mujer, siendo la misma paciente incubadora y posteriormente portadora del óvulo fecundado, pero ésta es la primera vez en Europa que dos úteros diferentes forman parte del mismo proceso. «Fue una oportunidad. Significaba que yo participara mucho más. Yo puedo decir que también he estado embarazada cinco días», indica Estefanía. El parto sucedió a las 39 semanas. Derek nació el lunes pasado en Juaneda Miramar con 3,3 kg de peso y por cesárea porque venía de nalgas, por encontrar algún inconveniente. Ahora, «lo recomiendo», asienten ambas. «Todos los métodos son bonitos pero que las dos lo hayamos podido gestar en un momento dado... Se lo podremos contar a él».

Cuentan su historia mientras le dan de comer a Derek. «Nos llevamos muy bien porque nos complementamos y es muy bueno». Y así surge la siguiente clásica pregunta ¿Tendrían otro? «Sí, dentro de dos o tres años, repetiríamos experiencia para que tenga un hermano y se críe con él».