A partir de 2010 se inició un prolongado descenso en los asuntos atascados y la cifra alcanzó un mínimo en torno a 2016, cuando los acumulados se quedaron en 53.555, según los datos de las diferentes memorias del Tribunal Superior de Justicia. Desde entonces, el número de asuntos nuevos que entran cada año ha crecido de forma progresiva, de alrededor de 140.000 al año a los más de 167.000 nuevos que entraron el pasado, con la salvedad de los años de la pandemia, en el que se produjo un relativo parón. Ese aumento ha sido mal digerido por la administración de justicia y se ha traducido en un alargamiento de los plazos y en más retrasos. No obstante, también el año pasado se resolvieron más asuntos que en cualquiera de los ejercicios anteriores, hasta un diez por ciento más, insuficiente para revertir la tendencia.
Antes de 2016 el número de asuntos que se ingresaban era muy superior y también de los que se resolvían pero se debe a un efecto estadístico provocado por un cambio en la jurisdicción penal que dejó de incoar miles de asuntos que más tarde se archivaban de forma automática por falta de relevancia. El presidente del TSJIB achacaba el aumento de la pendencia al alud de nuevos casos. Además, el impacto es muy desigual por jurisdicciones. Salvo en Social, donde sí bajaron algo los asuntos pendientes, un cinco por ciento. En todas las demás suben. En algunas de forma más leve como el nueve por ciento más que se registró en los juzgados Penales. Sin embargo, el gran estropicio está en las jurisdicciones Civil y Contencioso. En la primera fueron casi un 23 por ciento más de asuntos pendientes. Le entraron 73.000 y los jueces resolvieron 67.000. Contencioso, aunque númericamente tenga menos asuntos, incrementó casi en un cuarenta por ciento los pendientes, que se quedaron en 6.560 y con juicios señalados para dentro de tres años en algunos juzgados, lo que no augura mejoría.
8 comentarios
Para comentar es necesario estar registrado en Menorca - Es diari
El problema de la Justicia española es de base. Todo el engranaje y estructura es anacrónico, basado en un sistema decimonónico. Mientras eso no cambie, no hay nada que hacer. Dejemos de culpar a los funcionarios, que es lo mismo que culpar a los soldados cuando se pierde la guerra. ¿Acaso los generales y estrategas no son los que mandan a las tropas? Pues en Justicia, lo mismo
Somos un Estado fallido, pue s aquí no existe la proteccioón jurisdiccional en la práctica.
más allá del funcionariado , que merece capítulo aparte . hay mucho litigio que de entrada se sabe o se puede saber que no van a ningún lado . debería haber un sistema de cribaje . por ejemplo ( monitorios de fondos buitre reclamando supuestas deudas prescritas ) . con el trabajo que lleva esto . notificaciones , oposiciones y juicios verbales para acabar sentenciando que está prescrito . es un ejemplo .
Normal, si el nivel es que después de estar todos confinados van y deciden que se van de vacaciones...
5 años esperando ¿ justicia ?
Hay que hacer limpieza en la administración publica, ya!
Somos un país TERCERMUNDISTA. El que no lo vea es porque no quiere o por otro motivo aún peor....
El problema desaparecería si muchos “trabajadores” de la justicia (incluyo a fijos, eventuales, jueces, fiscales y letrados) cumplieran con el horario.