Baleares ha perdido 45 banderas azules en sus playas desde 2010, cuando alcanzó su récord histórico con 72 distintivos. La semana pasada las Islas obtuvieron 27, lo que consolida una tendencia a la baja que, sin embargo, no implica que esté empeorando la calidad de los arenales, según defendió el martes en este diario el doctor en Geografía y en Geología, Francesc Xavier Roig, autor de un estudio que cuestiona el negocio de este sello. El premio no aporta medidas que fomenten el buen estado de la composición del arenal y se limita a exigir al ayuntamiento que cumpla con la normativa autonómica vigente.
El exconseller de Turisme, Biel Barceló, recuerda a este diario que los ayuntamientos y el Govern se apuntaban voluntariamente al procedimiento a través de un convenio por el cual pagaban una cantidad determinada para que los técnicos de la Asociación de Educación Ambiental y del Consumidor revisaran las playas presentadas al certamen, con el fin de valorar si debían tener o no una bandera.
En 2016, durante el mandato de Barceló, el Govern ya no aportaba esta cuantía que el exconseller no recuerda con exactitud. Esta decisión originó un enfrentamiento con la asociación porque dejaba de recibir e ingreso autonómico. Barceló considera que no estaba justificado lo que se pagaba porque se llegaba al «absurdo» de que las playas vírgenes con alta calidad en sus aguas no podían optar a una bandera al no disponer de servicios.
El conseller de Turisme, Iago Negueruela, aseguró el lunes que «el Ejecutivo lleva años sin hacer estrategias de colaboración con entidades privadas con ánimo de lucro que otorgan según qué tipo de distinciones». Además, destacó que las playas más visitadas» de las Islas no tienen bandera azul.
3 comentarios
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Tan fácil como comprarla en internet (26,50€) y luego la pones donde quieras.
Vamos, que si pagabas, a lo mejor tenías la banderita, y si no pagas, no hay banderita. La asociación esta debía pensar que cada año cobraría y les salió el tiro por la culata. Pues me alegro.
Como casi todo lo que tiene que ver con esta nueva religión posmoderna llamada ecologismo, sostenibilidad, etc. Puro negocio y estafa para bobos. Nada más.