Vista general del Consolat de la Mar. | Jaume Morey

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La socialista Armengol podría   presidir el Govern por tercera legislatura consecutiva sin que el PSIB sea el partido más votado. Y el PP,   que presenta a Marga Prohens como candidata, podría liderar la primera opción y quedarse fuera.

Presidir el Govern no depende sólo de un partido. Lo importante es el día después y las sumas posibles.   La  derecha no suma más que la izquierda (que podría gobernar otra vez), y eso que la opción de derecha más extrema, la de Vox, dobla escaños en relación a 2019. Vox es una marca electoral, es la muleta con la que se apoyará el PP si quiere gobernar (y si le salen los números; algo que este sondeo no muestra) pese a la aparente crisis que la formación de la extrema    derecha ha vivido en Mallorca por cuenta del enfrentamiento entre su hasta ahora presidente y su portavoz municipal en Palma. No sería buena noticia para el PP que se cumpliera la horquilla baja de la encuesta    y el PI no obtuviera representación.

En realidad, las elecciones de mayo serán también un poco las del partido que lidera Josep Melià. El PI se llevó un disgusto en 2019: sus escaños no sirvieron para nada. La estrategia del PI sólo puede ser decidir y mantener representación. Queda por definir si el voto insularista se divide (no hay que perder de vista la opción de Monjo y sus convergencias, que comparte el gen uemita con el PI) y qué efecto tiene, y si tiene, un hecho posterior al trabajo de campo del IBES: que la líder estatal de Ciudadanos (CS) sea de Balears.    Sólo caben conjeturas pero es posible que el crecimiento del PP (y en también el de Vox) venga del hundimiento del partido naranja. En 2019    consiguió CS su mejor resultado: cinco escaños. Igual que Vox, CS es un marca estatal.

Dos datos del lado de la izquierda: Més mantiene escaños pese al cambio en la dirección y al estilo más beligerante de su coordinador y candidato. Podemos, sólo pierde uno. La izquierda suma más que la derecha. Pero eso no debería llevar a cegarse y conformarse al partido de los socialistas: unas elecciones (y eso se sabe desde el primer Pacte, 1999-2003) se pueden perder (y por consiguiente ganar) en Formentera. Si el Consell de Ibiza, o los escaños que elige el Parlament por esa Isla, representaran la totalidad de Baleares, el PP podría cantar victoria y Prohens ser presidenta. En Mallorca resiste el PSIB, y naturalmente en Menorca, donde Més logra tres escaños; sube uno en una estrategia diferente al del partido en Mallorca. Habrá que tener muy en cuenta la clave insular en las sumas de mayo. Pero igual, decide el escaño de Formentera. Y no los dos que acaricia el PI.