Esta iniciativa ha sido galardonada recientemente con el premio del MIT Technology Review para innovadores más jóvenes de 35 años de Paraguay y Bolivia 2016. El reconocimiento ha recaído en el investigador Federico Gaona, de la Universidad Nacional de Asunción, uno de los investigadores con los que ha colaborado la UIB en el marco del proyecto de cooperación universitaria al desarrollo que ha hecho posible la mencionada red.
Un equipo de investigadores de la UIB liderado inicialmente por el doctor Bartomeu Serra, catedrático de Ciencias de la Computación e Inteligencia Artificial, inició una colaboración en 2008 con la Universidad Nacional de Asunción en el marco de las convocatorias anuales de ayudas para proyectos de cooperación universitaria al desarrollo de la Oficina de cooperación al desarrollo y Solidaridad de la UIB.
El proyecto inicial tenía como objetivo fortalecer la Facultad Politécnica de aquella universidad impartiendo diferentes seminarios sobre sistemas informáticos y de comunicaciones, y sobre la evaluación y la gestión del comportamiento de las redes inalámbricas.
A raíz de esta colaboración y fruto de una demanda de la Facultad Politécnica de la universidad paraguaya, en 2008 se puso en marcha un trabajo conjunto de investigación aplicada con el objetivo de diseñar y desarrollar un sistema automatizado para detectar la presencia del insecto transmisor que a la postre causa la enfermedad de Chagas.
En la actualidad, el proyecto ya empieza a ser una realidad sobre el terreno, estableciéndose una red de sensores en diferentes comunidades rurales de la zona, que monitorizan y envían señales a Asunción, ubicada a más de 800 kilómetros de la base de datos.
Gracias al proyecto impulsado por los investigadores de la UIB se fortalece el control del parásito y el vector que lo transmite, siendo esta una de las estrategias más efectivas para frenar la enfermedad, que afecta a entre seis y siete millones de personas en todo el mundo, la mayoría de los cuales se encuentran en América Latina, según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La causa de la enfermedad es un parásito llamado Trypanosoma Cruzi, que se transmite mediante la picadura de insectos como el mencionado.
La enfermedad solo se puede curar si se administra el tratamiento adecuado en los primeros momentos de la infección. En caso contrario, se convierte en crónica, y los afectados pueden sufrir alteraciones cardíacas, digestivas y neurológicas graves a medida que el parásito coloniza el corazón, el esófago y el colon, dañando sus tejidos.
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