La retirada de la denuncia contra el exrector de sa Pobla, Mossèn Joan Pons, da un giro de 180 grados al caso. El joven denunció en el cuartel de la Guardia Civil de sa Pobla que fue violado dos veces por parte del sacerdote. A.A.C., vivía en la rectoría con el cura y declaró que no había contado nada de los abusos sexuales porque estaba aterrorizado.
En una entrevista, en exclusiva, concedida a este periódico, el joven afirmó que «tenía mucho miedo. Él me decía que todo lo que pasaba entre nosotros era secreto de confesión. El lunes vino a mi casa y me amenazó diciendo que si me denuncias, te fundiré el alma».
El denunciante también reconoció que se estaba medicando y que la enfermera del centro médico y después su médico de cabecera fueron quienes le recomendaron que acudiera a denunciar los hechos ante la Guardia Civil.
La denuncia fue interpuesta el pasado 10 de marzo. Ahora, 20 días después, el joven se retracta de sus duras y graves acusaciones contra el párroco y ha decidido no seguir adelante con el proceso judicial abierto.
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