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Hormort es un clásico, que celebra su 35º aniversario, dedicado a la fabricación, transporte y bombeo de hormigón. Bernat Ramis, junto a su mujer, fundó la empresa mallorquina Hormort en 1988, aunque inicialmente con el nombre de Hormigones Insulares. No fue hasta 1993 cuando realmente empezó lo que hoy en día conocemos como Hormort. La empresa, que es 100% mallorquina, ha puesto en marcha recientemente una nueva planta, ha colocado placas solares en su sede central en el polígono de Marratxí, además de comprar cinco nuevos camiones.

En sus comienzos, la empresa se dedicaba a hacer obras de gran tamaño, montando una planta móvil de fabricación de hormigón en la propia obra. Algunos de sus grandes trabajos fueron los puertos de Maó, Alcúdia o Port Adriano, además de la facultad de derecho y la escuela de hostelería. La empresa continúa haciendo grandes obras, aunque ofrece también sus servicios a clientes más pequeños. Hormort contaba también con una planta fija en Sineu, aunque a mediados de los años noventa trasladaron la planta a Marratxí. Años más tarde adquirieron una planta en ses Veles, el polígono de Bunyola.

Así pues, en aquel momento contaban con dos fábricas, la del polígono de Marratxí y el polígono de Ses Veles. En 2022 Hormort adquirió la unidad de negocio de Llucbeton, la competencia, lo que supuso que la empresa pudiese sumar las plantas que tenía situadas en Porreres, Lloseta y Bunyola, justo al lado de la suya. No pasaron muchos años antes de que cerraran las dos plantas de Ses Veles. De esta manera, Hormort cuenta ahora con tres instalaciones de fabricación, situadas en Marratxí, Porreres y Lloseta.

«Al aumentar el número de puntos de suministro podemos llegar a más municipios de Mallorca», explica la gerente de Hormort Cecilia Fernández, que se muestra muy satisfecha de la apuesta por la sostenibilidad. «Hemos implementado fuentes de energía renovable en nuestra producción de hormigón y estamos trabajando en proyectos innovadores demostrando nuestra determinación por liderar en sostenibilidad y fomentar la transición hacia un mundo más ecológico», afirma Fernández.

El director de planta, Toni Florit, explica que la rapidez a la hora de trasladar el hormigón es clave. «Tenemos un tiempo limitado desde que fabricamos el hormigón hasta que se utiliza», indica. Por este motivo es tan importante contar con tres fábricas en municipios diferentes.

Fernández y Florit explican cómo se elabora el hormigón y cómo ha evolucionado en los últimos años. «En aquellos primeros años fabricábamos hormigones muy pobres comparados con los de hoy. Cada empresa podía hacer su propia receta, igual que un cocinero. Todos éramos diferentes. Ahora ya no es así, ya que debemos seguir unos parámetros exactos que nos indican la cantidad exacta que debemos incorporar de cada elemento. Debemos cumplir la normativa de forma escrupulosa», explica Florit.

Plantilla de Hormort
Toni Florit, director de la planta; Antònia Moreno, la trabajadora más veterana; Cecilia Fernández, gerente y Rafel Ramis, director de las fábricas.

COMPONENTES. Fernández cuenta que «el hormigón se crea a base de gravilla, arena, cemento, agua y un aditivo. Esto se mezcla dentro de un camión, que es una hormigonera gigante, y crea una mezcla homogénea que luego se vierte en la obra». Según explica Florit «esta es una base, pero a partir de ahí podemos realizar más de 300 recetas. Aquí, cada año podemos realizar cerca de 100 combinaciones. Es decir, de una única receta se pueden hacer diez combinaciones diferentes».

Hormort, además de fabricar hormigón, lo suministran y bombean. Florit cuenta que «el hormigón se mide en metros cúbicos. Nosotros podemos suministrar toda la cantidad que nos pidan. Un camión, por lo general, suele llevar seis metros cúbicos, aunque tenemos otros de ocho, nueve, hasta diez. Nuestra flota de camiones nos permite suministrar a cualquier tipo de obra, con independencia del volumen que necesite».

En cuanto al bombeo de hormigón, Hormort ofrece a sus clientes este servicio. Son bombas que impulsan el hormigón fuera del camión hasta el lugar indicado. Al igual que el hormigón debe seguir unas pautas estrictas de elaboración y conservación, la gravilla también. Florit y Fernández cuentan que la gravilla debe estar en el aire. Es decir, no puede tocar el suelo y por ello se conserva en un lugar elevado. «A nosotros nos hacen tener la gravilla en el aire. Es decir, en la planta superior y baja por su peso. Antes estaba en el suelo y con la pala ibas cogiendo, pero ahora no es así porque sino se ensucia y coge mucha temperatura. Ahora el camión viene, la descarga en una tolva y lo sube. Es un producto muy delicado porque lo tienes que regar y enfriar, ya que tiene que estar húmedo y a una temperatura adecuada», expone Florit.

El hormigón es un material que tiene mucha usabilidad, se pueden hacer desde estructuras de viviendas hasta puentes o carreteras. «El hormigón es un material que se utiliza para hacer las estructuras de viviendas, sótanos, parkings, en cuanto a carreteras se utiliza para hacer Barreras New Jersey que son las barreras de hormigón que se encuentran en medio de la autopista. El hormigón, por sí solo, no funciona y el hierro tampoco, por ello siempre van juntos. Ahora se llama hormigón armado», especifica Florit.

Nueva flota de camiones de Hormort
Hormort ha ampliado y renovado su flota de vehículos con cinco nuevos camiones.

SOSTENIBILIDAD. Desde Hormort apuestan por la sostenibilidad. La empresa cuenta con el certificado ‘Hormigón Expert', ‘Avanza Quality Award', la certificación ‘ISO 9001, el ‘Premio Anefhop 2020', el ‘Certificado del Control de Hormigones Fabricados en Central' y la Declaración Ambiental de producto AENOR. Son algunos de los reconocimientos que Hormort ha recibido en los últimos años, además de la certificación ‘ISO 14001'.

En Hormort buscan alternativas de forma constante para ser lo más sostenibles y ecológicos posibles. «Con los sobrantes de hormigón que nos devuelven los camiones o los restantes de cuando los limpiamos, los dejamos en una superficie para que se endurezcan. Luego lo trituramos y tenemos gravilla que sirve para hacer hormigón de limpieza, que es ese hormigón que se utiliza cuando se va a empezar una obra. Es el que se pone en el suelo para preparar el terreno», explica Florit. A final de año esta acción se traduce en miles de toneladas de gravilla que no se extraen de las canteras mallorquinas. «Esto también contribuye al medio ambiente, puesto que ya no quitan tanto CO2 y la intervención del paisaje ya no se ve tan afectada», añade Fernández.

Hormort tiene intención de ser en un futuro cercano una fábrica autosuficiente. «Hace poco en la planta de Marratxí instalamos placas solares. Cuando llueve conservamos el agua para luego limpiar los camiones. Nuestra idea es que la planta de Marratxí funcione 100% con energía solar y con agua de la lluvia», cuenta Fernández. Esta misma idea la quieren implantar en las plantas de Lloseta y Porreres.

FUTURO. Fernández y Florit explican el objetivo que tienen a largo plazo. Ambos remarcan que su plan es poder ser totalmente eficientes. No tienen previsto aumentar el número de plantas, puesto que el hecho de incrementar la fabricación de hormigón no significa que haya más demanda. «Si aumentamos nuestra capacidad no significa que el número de obras aumente, sino que hay las obras que hay. Además, hoy en día montar una planta de hormigón es muy complicado», aclara Fernández.

«Con la compra de Llucbeton lo que hicimos fue comprar una parte de la competencia. De esta manera, incrementamos nuestra cartera de clientes. Fue la forma más rápida de crecer. De hecho, para incrementar nuestro volumen tanto como ha aumentado con la compra de Llucbeton tendrían que haber pasado muchísimos años», asegura la gerente.

Hormort pretende diferenciarse de la competencia por ofrecer un excelente servicio a sus clientes y de ser extremadamente rigurosos en los tiempos de entrega. «Se trata de tener un buen equipo, buena maquinaria, buen producto, puntualidad, de ofrecer un buen servicio. Es la mejor manera de conservar a tus clientes y sumar de nuevos. Cuando ves un camión ya ves como es la empresa de por sí», detalla Fernández.

PUNTUALIDAD. Florit también destaca que la puntualidad es esencial. «Hay mucha más gente que depende de ti y a lo mejor tú tienes 15 pedidos a las ocho de la mañana. No puedes empezar a fabricar a las cinco de la mañana porque caduca. Si no llegas a tiempo, retrasas a los trabajadores, que necesitan el hormigón para la obra. Generas pérdidas para el empresario», apunta. Tan importante o más que el número de plantas de fabricación es contar con bocas de carga diferentes.

Hormort tiene cuatro bocas de carga en Marratxí, que tardan 10 minutos en llenar un camión. De esta manera, Hormort puede ofrecer un servicio rápido y ágil. De hecho, la empresa puede dar servicio al 90% del territorio de Mallorca. «Desde Marratxí, que es la central, podemos manejar las plantas de Porreres y Lloseta. A distancia, a través de unas cámaras y gracias a la tecnología, podemos controlar Porreres y Lloseta. Solo necesitamos a una persona que se encargue de vigilar que todo esté bien conectado y desde Marratxí podemos llenar el camión. Todo esto es gracias a que está informatizado», cuenta Fernández.

COMPROMISO. Gracias a su compromiso, dedicación y perseverancia, conservan a clientes que les son fieles desde hace más de 30 años. «Muchos clientes nos han sido siempre fieles, tanto ellos a nosotros, como al revés, porque hemos crecido juntos. También cuidamos a los proveedores, siempre hemos comprado a los mismos. Somos una empresa muy familiar, nos gusta cuidar tanto a los clientes como a los proveedores y trabajadores. Esto se demuestra con nuestro trabajo, si haces un trabajo de calidad y un buen trabajo, te hacen crecer y ellos crecen gracias a ti», concluye Florit.