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Los americanos, poco sospechosos de ser complaciente con el poder chino, consideran que su propia estrategia de contención conduce directamente a la confrontación. El debate político en los Estados Unidos en cuanto se habla de China, no permite matices ni complejidad; impone alinearse sobre la senda más dura que nos inclina hacia la superioridad frente a la serenidad.

Los mensajes de alerta que recibimos nos anticipan que las relaciones Chino norteamericanas se deterioran rápidamente sin puerta de salida. Son los antiguos altos funcionarios sinólogos o miembros de thinks tanks que estiman que la confrontación es inevitable y desastrosa, si el engranaje actual prosigue; para todo el mundo, chinos, americanos y taiwaneses, sin hablar de la economía mundial que estará permanentemente afectada. Además, piensan que los Estados Unidos perderían definitivamente los países del sur global. En noviembre, al margen del G20 de Bali; los presidentes Joe Biden y Xi Jinping se entrevistaron y se pusieron de acuerdo para iniciar un proceso «desconflictivo»; su impulsión a la cumbre fracasó por el incidente del globo espía, que fue visto sobre los estados unidos. La visita que debía efectuar a Pekín, el secretario de estado americano, Antony Brinquen fue anulada. Más adelante, Washington propuso que los dos ministros de defensa se reencontraran en Singapur en el foro Sangri-li pero Pekín rehusó porque su ministro el general Li Shangfu estaba ocupado en un expediente de sanciones ligadas a viejos temas anteriores. El general Li en cambio se pudo entrevistar con Jose Borell, jefe de la diplomacia europea, aunque aparecieron las fricciones entre las dos armadas, cuando un jet chino efectuó una maniobra arriesgada delante de un avión en aguas internacionales del estrecho de Taiwan, que Pekín consideraba que estaban bajo su soberanía. El riesgo de un incidente que degenere es grande. En 2001 un jet chino se aproximó demasiado a un avión espía y se estrelló en el mar, muriendo el piloto y el avión norteamericano tuvo que aterrizar en la isla china de Hainan. Hoy un accidente similar podría provocar una guerra. ¿Como permitir una desescalada con este ambiente de una o de otra parte sin correr el riesgo de ser acusados de apaciguamiento o de otras malas interpretaciones?