Dicen que nunca es tarde para emprender y, si no, que se lo pregunten a Yola Febrer, que con treinta y siete años cambió su trabajo en banca por la aventura empresarial de seguir con el proyecto que empezó cinco años atrás, diseñando y confeccionando bolsos de fibra natural artesanos de diseño. Un hobby convertido en profesión a jornada completa, así surgió y creció Ansa per Ansa, que hoy se ha transformado en una marca de moda con casi 30.000 seguidores en Instagram, con puntos de venta en toda España, una boutique atelier propia en pleno centro comercial de Ciutadella y franquicias en Catalunya y Madrid. Fue uno de los proyectos finalistas de los Premios Joves Empresaris 2015, y el pasado 27 de octubre recibió el Premio Senalla a Emprendedora del año de Menorca, que otorga la Confederación Balear de Comercio en colaboración con el Govern balear. El sueño de una emprendedora hecho realidad que hoy día le sigue dando nuevas alegrías.
PROYECTO. Yola Febrer estudió la carrera de Turismo y entró a trabajar en Banca March acabada la carrera con 21 años. Le gustaba mucho lo que hacía, pero su pasión por el diseño en general y por el interiorismo en especial, fueron los motores para dar rienda suelta a su hobby creativo de decorar los típicos capazos menorquines a mano. «Aquello me distraía y me relajaba en mis tiempos libres, pero nunca pensé que acabaría siendo un trabajo a tiempo completo», explica la fundadora de Ansa per Ansa. «Me acuerdo que en 2010 compraba tejidos en tiendas de Ciutadella o a través de internet, buscando inspiración a través de la aplicación Pinterest, donde había centenares de señoras que cosían sus propios bolsos do it yourself. Me impresionaba mucho la utilización de distintos tipos de estampados que existían y las combinaciones de materiales que se podían hacer», confiesa. «Los primeros capazos decorados los empecé regalando a la familia, luego llegó el turno de los amigos y posteriormente ya me contactaba gente porque los había visto por la calle y quería uno, en una especie de boca oreja que no se acababa nunca. Al acabar el verano de 2011, había llegado a decorar 400 cestos con la ayuda de la máquina de coser que me compré y una costurera de toda la vida de Ciutadella, que me animaba y me apoyaba», explica. Poco a poco fue sumando más personas al proyecto que colaboraban para poder fabricar los encargos y la producción acabó por triplicarse.
Durante cinco años estuvo compaginando las dos actividades en una época nada fácil de triple turno porque, además, tenía dos hijos pequeños. «Llegó un momento en el que tuvimos hasta 11 puntos de venta en Menorca, porque mis creaciones se habían convertido en colecciones. ¡Ni te imaginas la cantidad de viajes que hacía para repartir el trabajo a las costureras y organizar la cadena de fabricación!», añade Yola Febrer Viendo como evolucionaban las cosas, a finales de 2015 decidió dejar atrás dieciséis años de banca y se consagró definitivamente a su proyecto Ansa per Ansa, cuyo nombre comercial recogió de una canción infantil que le cantaba de pequeña su abuela Margarita de Ferreries mientras iban a comprar juntas al mercado, cogiendo un capazo entre las dos, «ansa per ansa».
CRECIMIENTO. Los siguientes años, entre 2017 y 2019, fueron de expansión y sobre todo crecimiento fuera de Menorca, llegando a conseguir estar presentes en 90 puntos de venta entre España y Europa. El paso por Momad Madrid, la feria de moda y complementos, fue clave. «Aquel evento fue como una lanzadera espacial porque despertamos muchísimo interés con nuestros bolsos y los diseños innovadores que se presentaron. En 2017 tuve un stand muy pequeño pero en la siguiente edición, que fue la mejor de todas, conseguí treinta metros de exposición», explica Yola Febrer. «Fue un momento expansivo en el que no parábamos, conseguimos entrar en El Corte Inglés con 21 centros, abrimos una tienda online propia y ante nosotros se abría un mundo de posibilidades», añade. Fue en aquel momento cuando se plantearon poder industrializar toda aquella producción para apuntalar un crecimiento que ya no se podía abarcar desde el taller de casa. Una decisión que tomaron sin saber que a la vuelta de la esquina estaba una pandemia que lo acabaría paralizando todo. «Inauguramos la nueva tienda Atelier en el polígono de Ciutadella a principios del mes de febrero de 2020, escasamente tres semanas antes de que se parase el mundo», explica. «Fue duro porque de entrada cayeron todos los pedidos y nos frenó. Después, poco a poco, la venta online nos ayudó y por suerte, no todos los puntos de venta cancelaron pedidos. El turismo nacional que vino aquel verano a Menorca también nos ayudó y logramos superar parcialmente el bache», añade. «El camino del emprendimiento no es fácil, hay muchos momentos de soledad, de incertidumbre. Debes aprender a vivir en esa condición y aprender constantemente», concluye.
NUEVO LOCAL. En 2021 tomó la decisión estratégica de franquiciar la marca y en 2022 abrió, por fin, la esperada boutique atelier en pleno casco antiguo de Ciutadella de Menorca. Se trata de un local privilegiado de 170 metros cuadrados en la calle de Ses Voltes de Ciutadella en el que trabajan seis personas. «La idea de franquiciar pensamos que era la mejor para hacer viajar una parte de nosotros en cada nueva apertura», explica Yola Febrer. «En vez de integrar un comercio dentro de una industria como habíamos hecho en el polígono, pensamos que había que hacerlo al revés, abrir una tienda física en pleno casco urbano e integrar el taller dentro», explica Yola Febrer «La tienda nos sirve de piloto para el resto de franquicias y nos permite enseñar desde la cercanía lo que hacemos de manera natural y espontánea. Si encima damos a conocer nuestro proceso de creación de una manera cercana y veraz, enseñando como se trabaja en el atelier, los clientes disfrutan de una experiencia y conectan más con el producto», detalla. «Nuestros bolsos o nuestros cestos forman parte de una industria artesana menorquina en la que cada colección tiene varios patronajes distintos y en los que puedes encontrarte desde el modelo más extravagante al más sutil. Trabajamos diversos tejidos como la hoja de palma, el ratán o la piel pero este año hemos introducido los tejidos orgánicos, porque va con nuestra filosofía que se inspira en Menorca», detalla. La apertura de la nueva tienda en Madrid ha sido un paso adelante para la marca. Ahora mismo quieren expandirse en las ciudades principales de España. Palma es su próximo objetivo, y están en negociaciones para poder abrir tienda en la isla vecina.