Antoni Riera, director técnico de la Fundación Impulsa, aboga por la economía circular desde hace años, con iniciativas como una guía metodológica con indicadores de rendimiento para facilitar que los hoteles puedan empezar a aplicar pautas de circularidad. Sin embargo, difiere respecto a Kate Raworth acerca de la idea de abandonar el crecimiento económico. Riera, por el contrario, considera que crecimiento y economía circular no son incompatibles.
«La economía circular, y las diferentes escuelas de pensamiento en las que descansa, no pretende dejar atrás el crecimiento sino garantizar la identidad crecimiento-bienestar, es decir, garantizar que el crecimiento se traduzca en bienestar. Lamentablemente en muchas regiones avanzadas esta identidad está en riesgo y en otras lleva años quebrada dada la prevalencia de un modelo económico lineal basado en ‘extraer-usar-tirar', que ha ignorado los impactos negativos sobre otros sistemas con los que se interrelaciona el sistema económico. Aunque la evidencia de los beneficios de la economía circular es menor que la evidencia de los costes de la economía lineal, ambas sugieren la viabilidad de la primera y la inviabilidad de la segunda», señala.
Asimismo, Riera considera que una de las principales ventajas de aplicar el modelo del dónut sería la creación de nuevos espacios de colaboración y opina que cualquier cambio hacia la circularidad es beneficioso en Balears a pesar de sus costes iniciales. «Iniciar el tránsito a un escenario más próspero, sostenible e inclusivo no está exento de costes, pero tanto los beneficios potenciales como la correcta definición de incentivos, la creación de instrumentos adhoc y el aprendizaje que deriva de la creación de espacios de colaboración y experimentación, deberían ser suficientes para confiar en un análisis coste-beneficio social favorable», añade.
Preguntado por qué aspectos del sistema económico han variado con la COVID-19, Riera señala: «No me cabe duda de que, más allá de la operativa, la estrategia empresarial se ha visto modificada por el impacto de la pandemia y son varias las vías de progreso que han ganado protagonismo, desde la digitalización, la robotización, la descarbonización o la economía circular, entre otros».