Wahl cree que en 2030 el modelo turístico actual será imposible de llevar a cabo. | M. À. Cañellas

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Daniel Wahl, consultor internacional en innovación y economía regenerativa, ha trabajado como asesor de administraciones públicas e instituciones sin ánimo de lucro de todo el mundo. Autor del libro Diseñando culturas regenerativas, vive en Mallorca desde hace doce años. Admite que empieza a perder la esperanza de que los agentes económicos de la isla sean capaces de anticiparse al cambio climático. Aun así, es partidario de aplicar el modelo del dónut, del que es gran conocedor. Afirma que 2023 será un año muy duro para el turismo en la isla, ya que los costes de la energía se dispararán y dejarán a los visitantes sin dinero para gastar. Además, pronostica que en 2030 el modelo turístico actual será inviable debido al cambio climático.

Wahl es amigo personal de Kate Raworth, creadora de la economía del dónut. Para Wahl, sería una excelente noticia que en Balears se decidiera aplicar el modelo. «El primer paso sería crear una plataforma transectorial donde cupieran empresas, instituciones y agentes sociales, y crear un proceso para establecer un dónut para cada isla y uno para Balears. Sería una radiografía de cómo estamos en 2022. Así tendríamos una manera de medir el progreso real mucho mejor que midiendo el PIB. El mero proceso de hacer la radiografía ya es un primer paso para crear esta alianza que es fundamental para poder mejorar las cosas», comenta. Wahl considera que 2023 será un año malo para el turismo en Mallorca. «El año que viene será muy malo para el turismo de masas. Los alemanes y los británicos tendrán que pagar tasas extraordinarias para pagar los sobrecostes de la energía. El turismo barato no tendrá dinero para gastar en vacaciones porque lo habrá gastado en tener la casa caliente en invierno», indica.

Asimismo, advierte que las consecuencias del cambio climático para Mallorca. «Este año todo el mundo quiere viajar. Esto hace pensar a la gente que el sistema seguirá así. Como humanos, no endemos lo que supone un cambio exponencial. Significa que los cambios han sido hasta ahora muy lentos, lo que nos ha llevado a subestimar el problema, pero ahora nos empezamos a sorprender por la rapidez con la que llegan estos cambios. Hemos entrado en la parte hacia arriba de la curva. La gente cree que el cambio climático es una subida de temperaturas, pero en realidad va mucho más allá. Tendremos problemas con el abastecimiento de agua dulce, la energía y los alimentos», menciona. «Hay una alta probabilidad de que en 2030 el actual modelo turístico sea imposible de llevar a cabo, pero no queremos darnos cuenta. Es pan para hoy, hambre para mañana. O invertimos en ideas a largo plazo o dentro de diez años nos lamentaremos de no haber actuado hoy», explica.

SOLUCIONES. Además de explicar el problema, Wahl ofrece soluciones. «Hay que pensar en cómo diversificar el negocio actual. El turismo de masas será más especializado y para menos personas que pagarán más, como siempre había sido. ¿Cómo será Mallorca si no hay turismo? Necesitamos energías renovables en cada isla para abastecer el consumo, porque sin visitantes no tendremos dinero para comprar energía. Los hoteleros deberían invertir en recuperación de acuíferos y en cooperativas de energía renovable y de agricultura regenerativa. Un turismo regenerativo de verdad, que reinvierta los beneficios en la belleza de la isla», añade. Sin embargo, tras doce años, Daniel Wahl ha perdido la positividad. «En Mallorca las cosas van muy lentas», concluye.